Empezaron las emociones fuerte para el conjunto sede del Panamericano. Quien pensó que los nervios llegarían recién en las semifinales, se equivocó: la cuarta fecha de la zona de grupos ya dejó a más de uno atónitos, sorprendidos ante lo sucedido en Tecnópolis entre uno de los punteros y el escolta.

Argentina disputaba su partido más difícil en lo que va del torneo, ante un rival que llegaba con dos partidos ganados (Canadá y México) y uno perdido ante el Chile de Mateo Garralda.

Si bien el primer gol del partido lo convirtió Lars Lyberth, el 11 groenlandés, sobre el comienzo el dominio fue argentino: jugados 8 minutos, el tanteador marcaba un parcial de 4 a 2 para los locales. Sin embargo, una exclusión a Agustín Vidal provocó que los nórdicos achicaran la brecha, mediante un fly concretado por el goleador Kreutzmann. Los errores de los dirigidos por Eduardo Gallardo se multiplicaban, y los contraataques argentinos no llegaban al arco rival.

Luego de una doble atajada de Frank Mikkelsen, a Sebastián Simonet desde los 9 metros y a Mariano Cánepa desde los 6 -producto del rebote-, Miki Heilmann empató la historia. Al minuto, ante un seleccionado albiceleste impreciso al momento de definir, Groenlandia se puso por primera vez arriba en el marcador. El técnico argentino tomó cartas en el asunto e ingresó Pablo Simonet, que respondió favorablemente y convirtió el gol de empate a falta de 10 minutos del final del primer tiempo.

Groenlandia no podía alejarse, porque cada vez que anotaba un gol, su rival igualaba el encuentro. Julián Souto Cueto entró sobre el final y le dio al conjunto local dos goles fundamentales para no perderle pisada a los vikingos. La primera mitad terminaba 12 a 12, y el encuentro se definiría en un segundo tiempo que prometía ser apasionante.

El Negro García ingresó para defender el arco celeste y blanco en el segundo tiempo. Rápidamente, a los cuatro minutos, los visitantes se alejaron con una diferencia de tres goles. De la mano de los goles de Souto Cueto y de las paradas del arquero local, Argentina volvía a igualar el tanteador. Diez minutos faltaban para el final del encuentro cuando Groenlandia, ayudado por el polémico arbitraje de Quadros y Lima, se puso cuatro arriba.

Los locales, arengados siempre por su público, buscaban reencontrarse con el gol, pero cada vez les costaba más. A falta de un minuto, cuando aún la diferencia era de cuatro, Pablo Simonet lanzó una rosca desde el extremo izquierdo y angostaba la brecha, pero no pudo evitar revertir lo que ya estaba consumado: Argentina perdió su primer partido y, a pesar del enojo por la floja actuación, por el arbitraje y por el resultado, tendrá que calmar los ánimos y ya pensar en la dura parada que tendrá mañana ante Chile.