A las 20 del miércoles, Colombia y Paraguay se enfrentaron en un encuentro donde la selección cafetera reflejó uno de los tantos motivos por el cual el handball enamora tanto. Demostró que es un deporte repleto de sorpresas, impredecible y en el que no hay error más grande que dar por muerto a un equipo que continúa de pie. Colombia, en un final agónico, venció a las estadísticas y giró el marcador a su favor, festejando en el último segundo y haciendo pagar caro a lo guaraníes todos sus descuidos.

Ambos equipos, escasos de festejos y con mucha hambre de victoria, salieron a la 40 x 20 con una idea de juego similar: una defensa bien arriba, abierta y dinámica que obligaba a un ataque ágil en el uno contra uno.

El primer tiempo desbordó de imprecisiones por ambos equipos, con lanzamientos que no llegaban a destino, pérdidas de pelotas en el ataque y faltas. Paraguay, sin embargo, lograba mantenerse unos pasos adelante en el resultado, yéndose al vestuario victorioso 16 a 14.

Julián Villa Arango y Daniel Enciso, jugadores de Colombia y Paraguay respectivamente, protagonizaron el duelo de arqueros que no permitían avanzar al tanteador y fueron decisivos en la paridad del resultado.

Los árbitros dieron comienzo al segundo tiempo y los paraguayos, en solo diez segundos, sumaban un gol más y se alejaban de Colombia, que tenía problemas para defender en el medio. Con ayuda de los errores del rival, los robos de pelota y las contras, la diferencia se alargaba de tres a seis goles. Entretanto, los colombianos, que no le encontraban la vuelta al partido, continuaban respirando gracias a su segundo arquero, Pablo Quijano Jaramillo.

Paraguay tenía todas las cartas para ganar y, sin embargo, no era capaz de definir el encuentro. A tres minutos del pitido final, tres goles separaban a una selección de la otra. Colombia no podía desperdiciar ni una sola chance, cada pelota valía oro.

Los paraguayos apurados por cerrar el partido, cometían error tras error, que el equipo colombiano bien supo aprovechar. Con solo veinte segundos de vida, los guaraníes cometían su desacierto más grande: regalaban un penal y se quedaban con cinco jugadores en el campo. El marcador se igualaba en 31. Colombia sacaba un empate de la galera, pero más que eso, en el último segundo se apoderó de la pelota y la guardó bajo los tres palos adversarios. 32 a 31 y Colombia se llevó la ovación del público. 

El jugador colombiano Sebastián Restrepo se coronó goleador con nueve goles, seguido por su rival José Mendoza que convirtió ocho en total.

De un partido cuyo resultado cantaba victoria paraguaya desde un comienzo, Colombia robó sus dos primeros puntos y salió del fondo de la tabla. El jueves se enfrentará contra Puerto Rico a las 16, mientras que Paraguay lo hará contra Estados Unidos a las 20, en el último encuentro por fase de grupos. 

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