Una vez que terminen estos Juegos Olímpicos, habrá un vacío muy grande. Serán varios los que dejen de competir en este evento, sea por edad o por objetivos cumplidos. Uno de ellos es Michael Phelps, el deportista más galardonado en toda la historia de un JJ.OO, con 23 medallas. Una leyenda que aún sigue demostrando su vigencia.

Ayer, en los relevos 4x100 metros libres, su equipo, Estados Unidos, obtuvo el oro. Y Phelps llegó así a su 19° medalla dorada. Cuando entró, Francia estaba liderando la prueba, y fue Michael quen le dio la ventaja a EE.UU. cuando terminó su tramo de ida y vuelta. Fue oro para los norteamericanos, plata para los franceses y bronce para los australianos.

Su debut fue en Sidney 2000,donde logró un diploma olímpico, con 15 años. A partir de Atenas 2004 comenzó su cosecha interminable, con seis medallas de oro y dos de bronce. Beijing 2008 fue todo suyo, y ganó ocho oros, superando el registro del nadador Mark Spitz en Múnich 1972 (con 7 doradas). En Londres 2012, comenzó con dos platas, pero se desquitó consiguiendo cuatro oros más. En Río 2016, la dorada mencionada.

Para dimensionar lo logrado por éste atleta, que dicho sea de paso, es el primer nadador medallista en cuatro Juegos Olímpicos distintos: solo él lleva 19 medallas de oro, la misma cantidad que tiene la Argentina en toda su historia olímpica hasta el momento (Paula Pareto, en Judo, logró el sábado la decimonovena dorada albiceleste).

Tiene la chance incluso de sumar tres podios más, en 200 metros mariposa, 200 metros combinados individual y en 100 metros mariposa. Sean 26, 25, 24 o 23. Será muy difícil que surja un nadador que se le asemeje. Demostró que nació para triunfar, sea donde sea, y llevará a su casa una presea más del color más luminoso de todos.

Besar el oro, sana costumbre de Phelps (Foto: BBC).
Besar el oro, sana costumbre de Phelps (Foto: BBC).