Conectadas en la vida y en el deporte, las mellizas Sánchez son las representantes que tiene Argentina en nado sincronizado en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Son hermanas y conocen todo la una de la otra desde hace 26 años, pero esta sincronía que las une  naturalmente no alcanzó en la rutina técnica que desarrollaron y sólo consiguieron un décimo noveno puesto que no les permitió clasificar a la final.

Etel y Sofía debían mejorar su actuación en la rutina libre, donde obtuvieron 79.8333 puntos, si querían ubicarse entre los primeros doce lugares para avanzar a la final de la competencia; pero aunque aumentaron el puntaje en la prueba de rutina técnica, sumaron 79.4829, esto no alcanzó y permanecieron en el décimo noveno lugar en la tabla clasificatoria. Las nadadoras mejores ubicadas en la etapa preliminar fueron las rusas Natalia Ishchenko y Svetlana Romashina quienes sumaron 194.5244 en total entra las dos pruebas.

Las mellis rosarinas se van conformes con el rendimiento obtenido en lo que fue segunda participación en un Juego Olímpico ya que llegaron a la villa olímpica con el objetivo de superar lo logrado en Londres 2012 y así lo hicieron porque en aquella oportunidad habían finalizado su participación en el vigésimo segundo lugar; y en suelo brasilero, en el Centro Acuático María Lenk de Barra de Tiujca, superaron por dos ubicaciones lo alcanzado hace cuatro años en tierra europea.  

Por decisión de ambas, Río 2016 fue el último Juego Olímpico que las tendrá como participantes, aunque tienen compromisos hasta fin de año, porque "ya con casi 27 años, el cuerpo nos pasa factura. Mentalmente es muy cansador", sentenciaron las mellis Sánchez al diario La Nación.