¿Llegará el día? Es poco probable, pero teniendo a los Wallabies del otro no hay que descartar una posible sorpresa en la “capital financiera” del país oceánico. Lo cierto es que los All Blacks, vigentes bicampeones mundiales (previamente habían levantado el trofeo William Webb Ellis en el año 1987), llegan al cruce de este sábado en un momento ideal: 17 de 17. Sí, no caen desde la última fecha del ¡Rugby Championship 2015!, lo cual parece una utopía que el invicto se desmorone en el hogar de los Blues, una de las cinco franquicias neozelandesas que temporada  a temporada participan del Super Rugby, la “Champions League” -si se lo compara con el fútbol- del hemisferio sur y, para algunos, del planeta ovalado.

¿Contra quién perdieron por última vez? Sí, contra Australia, aunque en Sídney, en condición de visitante. En aquella ocasión, con ambos selectivos luchando palmo a palmo por la corona del certamen que organiza SANZAAR -entidad “madre” del Sur-, los aussies se impusieron por 27-19. A partir de allí, dos títulos más para las vitrinas de los Hombres de Negro: hace doce meses, en Inglaterra, quedándose con la octava edición de la Copa del Mundo; por último, hace tres semanas, batieron a la Argentina en Buenos Aires y conquistar su cuarto Rugby Championship -un torneo que existe desde el 2012 y que reemplazó al Tri Nations-. Seis éxitos en la cita mundialista, tres por Bledisloe (uno en 2015 y dos en 2016), otros tres en la ventana de junio (todos ante Gales, y como local) y los seis por el “Cuatro Naciones”. En fin, un poderío difícil de explicar en pocas palabras. La versión 2016 de los All Blacks es, para muchos, la mejor de este país a nivel histórico y, por qué no, del rugby mundial.

¿Cuál es aliciente que invita a ser testigo de este clásico internacional? En primer lugar, la rivalidad que existe entre ambos; en segundo, el momento de cada uno; en tercero (y último), el escenario, una especie de Catedral para los amantes de este deporte.

¿Cómo llegan?

Nueva Zelanda, líder del ranking mundial, aterrizó en Auckland sin dudas en lo que respecta al juego, aunque con ciertas turbulencias extradeportivas que causaron cierto revuelo a nivel local y global. El último show lo dieron hace catorce días, en el Growthpoint Kings Park de Durban. Allí, por la sexta y última fecha del Rugby Championship, los pupilos de Steve Hansen golearon a los Springboks por 57-15. Por la misma competición pero en Londres, a miles de kilómetros de la ciudad costera sudafricana, Australia le ganó a la Argentina por 33-21.

¿Qué buscan?

Los kiwis, con Kieran Read como capitán, querrán extender su fantástico (¿e irrepetible?) presente con un nueva victoria. Sería la decimoctava de manera consecutiva para un equipo que está en plena etapa de recambio, más allá de que no quede en evidencia dentro del terreno de juego.

Para este partido, Hansen decidió modificar tan solo una pieza con respecto al XV inicial que se impuso en Sudáfrica: el wing Julian Savea, una de las cartas más importantes que tienen los neozelandeses en ataque, reemplazará a Waisake Naholo, quien representará a Taranaki en la semifinal de la Copa Mitre 10 (ex ITM), la liga de mayor importancia a nivel doméstico. Además, entre los relevos, la noticia sobresaliente es la vuelta del apertura Aaron Cruden, quien recibió ofertas del Montpellier francés y podría abandonar Chiefs, lo cual lo dejaría fuera del radar del representativo nacional.

La visita, por su parte, tendrá que jugar el mejor partido del año si realmente quieren salir airosos del Eden Park. No se podrán dar los lujos que tuvieron ante Los Pumas ni frente a los Boks. En este partido en particular, cada error se paga con puntos en contra.

Pensando en dar el “campanazo”, Cheika ejecuta dos cambios con relación al elenco que le ganó a los albicelestes en Twickenham: el wing Henry Speight, de poca acción en este 2016 con la camiseta amarilla, y el medio scrum Nick Phipps sustituirán a Quade Cooper y Will Genia, habitual pareja de medios. Entre los reservas, la cara más importante que reaparece es la del tercera línea David Pocock, quien sufrió una lesión ante la Argentina, en Perth, el 14 de septiembre último. El segunda línea Rob Simmons, el medio scrum Nick Frisby y el centro Sefa Naivalu, las otras novedades.

Predicción: Nueva Zelanda por 30. Los dueños de casa manejarán los hilos del partido desde el kickoff y harán la diferencia con el correr de los minutos. La dupla Perenara-Barrett, una de las llaves para encaminar el encuentro. Los ocho relevos, vitales en el rugby de élite, otro argumento más a la hora de decantar la balanza de un lado u otro.

Formaciones y datos del partido:

Nueva Zelanda: 15- Ben Smith; 14- Israel Dagg; 13- Anton Lienert-Brown y 12- Ryan Crotty; 11- Julian Savea; 10- Beauden Barrett y 9- TJ Perenara; 8- Kieran Read (C), 7- Matt Todd y 6- Jerome Kaino; 5- Sam Whitelock y 4- Brodie Retallick; 3- Owen Franks, 2- Dane Coles y 1- Joe Moody.

Reservas: 16- Codie Taylor, 17- Wyatt Crockett, 18- Charlie Faumuina, 19- Liam Squire, 20- Ardie Savea, 21- Tawera Kerr-Barlow, 22- Aaron Cruden y 23- Malakai Fekitoa.

Entrenador en jefe: Steve Hansen.

Australia: 15- Israel Folau; 14- Dane Haylett-Petty; 13- Samu Kerevi y 12- Reece Hodge; 11- Henry Speight; 10- Bernard Foley y 9- Nick Phipps; 8- Lopeti Timani, 7- Michael Hooper y 6- Dean Mumm; 5- Adam Coleman y 4- Rory Arnold; 3- Sekope Kepu, 2- Stephen Moore (C) y 1- Scott Sio.

Reservas: 16- James Hanson, 17- Tom Robertson, 18- Allan Alaalatoa, 19- Rob Simmons, 20- David Pocock, 21- Nick Frisby, 22- Quade Cooper y 23- Sefa Naivalu.

Entrenador en jefe: Michael Cheika.

Árbitro: Nigel Owens (Gales).

Jueces de touch: Craig Joubert y Marius van der Westhuizen (Sudáfrica).

Asistente de video: Shaun Veldsman (Sudáfrica).

Estadio: Eden Park de Auckland.

Horario: 3:35 (Argentina).

Televisación: ESPN2 y ESPN2 HD.