Pese a que fue el primero encuentro de la competición, el triunfo de Escocia no fue uno más en esta edición 2017. Su víctima de turno fue nada menos que el Trébol, quien llegaba como gran candidato para imponerse en Edimburgo. Además, en la previa, asomaba como el principal adversario de Inglaterra -el último campeón- para quedarse con la corona en el viejo continente. Pero nada de eso pasó. Fue Escocia el que festejó ante las más de 67.800 personas que colmaron Murrayfield. ¿El porqué del resultado final? Su perseverancia para manejar los tiempos en el partido y, principalmente, su capacidad para golpear en los momentos importantes. La ventaja inicial de 21-8, decisiva a la hora de inclinar la balanza.

Los conducidos por el neozelandés Vern Cotter, que una vez concluido el Seis Naciones será reemplazado por Gregor Townsend -mandamás de Glasgow Warriors-, comenzaron con todo y llegaron al ingoal rival por duplicado: a los 9 y a los 21 minutos, respectivamente, fue Hogg quien apoyó. De esa manera, y en un abrir y cerrar de ojos, el dueño de casa ya estaba 14-0 -dos conversiones del capitán Greig Laidlaw- para la sorpresa de propios y ajenos en la capital escocesa.

Luego, con una importante diferencia en contra, Irlanda empezó a ser más agresivo con su plan de juego y llegó al descuento a los 25 con un try del wing Keith Earls. Con el 14-5 adverso, los conducidos por Joe Schmidt comenzaban a esperanzarse.

Tan solo tres minutos más tarde, esa luz al final del túnel comenzó a apagarse para el conjunto verde. Alex Dunbar, centro de la escuadra local, se zambulló al ingoal tras una jugada preparada en el line que sorprendió al pack de forwards visitante. Con la conversión de Laidlaw, una de las figuras en la fría tarde británica, Escocia se adelantaba 21-5 en el tanteador.

Los tres últimos puntos de la etapa inicial fueron para Irlanda, gracias a un penal de Paddy Jackson -reemplazante de Jonathan Sexton-, a los 33. Así, el luminoso al entretiempo quedaba 21-8 en favor de Cotter y compañía.

La segunda mitad, a diferencia de la primera, tuvo mayor carga emotiva. ¿El motivo? El crecimiento exponencial de Irlanda. El tirón de orejas en el vestuario fue evidente: los victimarios de Nueva Zelanda en noviembre -fue el primer éxito de su historia ante el selectivo kiwi- y cuartos en el ranking de la World Rugby necesitaron tan solo ocho minutos para volver a acortar la brecha. A los 8, el segunda línea Iain Henderson (try) y el apertura Paddy Jackson (conversión) aportaron los siete puntos para establecer el 21-15 parcial.

Posteriormente, a los 21, el representativo de la IRFU (Irish Rugby Football Union) volvió a vulnerar a la defensa rival. El encargado, en esta oportunidad, fue el apertura Paddy Jackson, quien provocó el delirio de la afición visitante tras apoyar el tercer try para su equipo. Con la conversión del mismísimo Jackson, Irlanda pasaba a ganar 22-21.

En los minutos finales, con las tribunas al rojo vivo empujando al Cardo para que vaya en busca de la victoria, los jugadores respondieron con dos penales, ambos con el pie de Laidlaw, a los 33 y 40, respectivamente. Estos seis puntos fueron, en definitiva, la clave para destrabar una contienda sumamente pareja y decisiva en la definición del Seis Naciones.

Con esta alegría, Escocia consiguió sus primeros cuatro puntos en el torneo y queda bien parado de cara al futuro inmediato. Su próximo rival será Francia, en París. Dicho cotejo se celebrará el próximo domingo en el Stade de France, el hogar de Les Bleus. Irlanda, por su parte, sumó bonus defensivo por haber perdido por menos de siete puntos. En siete días, el Olímpico de Roma será el lugar indicado para levantar la cabeza. El oponente será Italia, el seleccionado más ‘débil’ en esta edición 2017.

Síntesis del partido:

Escocia (27): 15- Stuart Hogg; 14- Sean Maitland; 13- Huw Jones y 12- Alex Dunbar; 11- Tommy Seymour; 10- Finn Russell y 9- Greig Laidlaw (C); 8- Josh Strauss, 7- Hamish Watson y 6- Ryan Wilson; 5- Jonny Gray y 4- Richie Gray; 3- Zander Fagerson, 2- Fraser Brown y 1- Allan Dell.

Ingresaron: 16- Ross Ford, 17- Gordon Reid, 19- Tim Swinson, 20- John Barclay, 22- Duncan Weir y 23- Mark Bennett.

No ingresaron: 18- Simon Berghan y 21- Ali Price.

Entrenador en jefe: Vern Cotter (Nueva Zelanda)

Irlanda (22): 15- Rob Kearney; 14- Keith Earls; 13- Garry Ringrose y 12- Robbie Henshaw; 11- Simon Zebo; 10- Paddy Jackson y 9- Conor Murray; 8- Jamie Heaslip, 7- Sean O’Brien y 6- CJ Stander; 5- Devin Toner y 4- Iain Henderson; 3- Tadgh Furlong, 2- Rory Best (C) y 1- Jack McGrath.

Ingresaron: 17- Cian Healy, 18- John Ryan, 19- Ultan Dillane, 20- Josh van der Flier y 23- Tommy Bowe.

No ingresaron: 16- Niall Scannell, 21- Kieran Marmion y 22- Ian Keatley.

Entrenador en jefe: Joe Schmidt (Nueva Zelanda)

Puntos en el primer tiempo: 9´ y 21´ Tries de Stuart Hogg convertidos por Greig Laidlaw (Escocia 14-0 Irlanda). 25´ Try de Keith Earls (Escocia 14-5 Irlanda). 28´ Try de Alex Dunbar convertido por Greig Laidlaw (Escocia 21-5 Irlanda). 33´ Penal de Paddy Jackson (Escocia 21-8 Irlanda).

Puntos en el segundo tiempo: 8´ Try de Iain Henderson convertido por Paddy Jackson (Escocia 21-15 Irlanda). 21´ Try de Paddy Jackson convertido por él mismo (Escocia 21-22 Irlanda). 33´ y 40´ Penales de Greig Laidlaw (Escocia 27-22 Irlanda).

Árbitro: Romain Poite (Francia)

Jueces de touch: Jaco Peyper (Sudáfrica) y Nick Briant (Nueva Zelanda)

Asistente de video: Glenn Newman (Nueva Zelanda)

Estadio: Murrayfield de Edimburgo