Sin mostrar su mejor cara, la Argentina se retiró cabizbaja ante las más de 66 mil personas que se acercaron a vitorear por el Cardo, el adversario de turno. Y si bien la visita no estuvo en su máxima versión, sí fue superior al dueño de casa. El problema, en este caso, fue que jamás supo cómo materializar dicha supremacía. Tampoco fue tan visible, claro, pero sí como para haber terminado celebrando tras el pitazo final del neozelandés Paul Williams. En esta oportunidad, Nicolás Sánchez, quien suele ser casi infalible en sus envíos a las haches, tuvo una tarde para el olvido en la capital del país británico. El tucumano, próximo a jugar en el Stade Français, falló tres penales que de haber convertido hubiesen significado la victoria en rodeo ajeno. Pero no sucedió y el exapertura de Jaguares y sus compañeros se retiraron del campo de juego masticando bronca, principalmente por cómo se dio el desarrollo del encuentro.

Por más que pueda parecer un mero infortunio, tal vez haya pasado factura lo vivido en las últimas semanas, desde los quince minutos finales en Dublín ante Irlanda -que del 18 a 17 parcial terminó imponiéndose por 28 a 17- hasta la debacle frente a Francia en Lille, que culminó con el 28-13 en favor de los galos después de haber empezado la contienda con un try fenomenal de Ramiro Moyano. Posterior a ambos tropezones, el fallecimiento de Sofía Pozzi, quien hasta el día de su deceso era la novia de Marcos Kremer, habitual portador de la indumentaria albiceleste y uno de los jugadores más destacados entre febrero último y este noviembre. Fueron muchos golpes en poco tiempo para un plantel que hasta el cierre del Rugby Championship venía dibujando una muy buena temporada, con los éxitos ante Sudáfrica (32-19, en Salta), Australia (23-19, en Gold Coast) y la clasificación con Jaguares a los cuartos de final del Super Rugby como hechos sobresalientes. Salvo la fatídica ventana de junio que acabó con la conducción de Daniel Hourcade, el 2018 había transcurrido en paz para este talentoso grupo de jugadores que tras la Copa Mundial de Inglaterra -celebrada entre septiembre y octubre del 2015, y que finalizó con la obtención del cuarto puesto- había sufrido un claro deterioro producto de las decisiones de la UAR que en aquel entonces tenía como presidente a Carlos Araujo -NdR: desde comienzos de este año, Marcelo Rodríguez, excabecilla de Sudamérica Rugby, tomó las riendas en Dardo Rocha 2950, Martínez, en la zona norte del Gran Buenos Aires-.

Hoy, a más de dos semanas de haber iniciado el recorrido en el viejo continente, el panorama es distinto. Si bien no es caótico ni está lejos de serlo, los Pumas dieron varios pasos atrás, principalmente en el juego. Exceptuando la visita a la tierra de Les Bleus, que fue una auténtica pesadilla por donde se lo quiera mirar, el equipo careció de ideas para vulnerar defensas, abusó del kick táctico, por momentos fue avasallado en el scrum y también estuvo más impreciso de que de costumbre, posiblemente por las constantes situaciones adversas que tuvieron que atravesar dentro de la cancha y que, al fin y al cabo, generó lagunas psicológicas tanto en lo colectivo como en lo individual.

Quedan poco menos de diez meses para el debut en la próxima edición del trofeo William Webb Ellis, coloquialmente llamado “Mundial”. Será en Tokio, y con la Francia de Jacques Brunel del otro lado del campo de batalla. ¿Habrá “europeos -NdR: jugadores que militan en el hemisferio norte y que por reglamentación de la misma UAR no pueden, al día de hoy, ser parte del máximo representativo de nuestro país- en la lista final que constará de 30 nombres y apellidos? ¿Quién será el nuevo entrenador nacional de scrum? ¿Influirá en el corto plazo o Mario Ledesma y su grupo de trabajo deberán recurrir a la bendita ayuda de Juan Figallo -quien, a priori, parece ser el único pilar con la capacidad de tapar el Sol con la manos-? Todas estas preguntarán se irán develando con el correr de los partidos: primero, dentro de seis días, el mítico Twickenham de Londres será el escenario que albergará el último juego de esta temporada: como oponentes estarán los Barbarians, quienes posiblemente afronten estos ochenta minutos venideros con mayoría de figuras internacionales. Si bien el resultado será anecdótico, sí importará cómo el staff utiliza este desafío. Lo ideal, por el contexto y las circunstancias actuales, sería que prueben a jugadores como Mayco Vivas, Santiago Grondona, Santiago Carreras, Juan Cruz Mallía y Joaquín Díaz Bonilla, por nombrar algunos. Y, si se dan los tiempos, también llamar a “europeos” para que refuercen la plantilla. Luego, a descansar y pensar en un 2019 que, como pueden observar, tendrá como máximo objetivo el viaje a la tierra del sol naciente, aunque anteriormente se deberán enfocar en dar el 100 % en el Super Rugby que se celebrará entre febrero y julio, y también en el Rugby Championship, que, al igual que en el 2015, contará con versión reducida. Con respecto al certamen de franquicias, Jaguares hará su debut el sábado 16 de febrero, en Vélez, ante Lions, subcampeón en las tres últimas ediciones. Una vez consumada dicha presentación, recibirán a Bulls y Blues, para luego emprender la primera gira del semestre, que tendrá a Sudáfrica como destino y a Lions, nuevamente, y a Stormers como escollos a superar; para la Argentina, en el torneo que reúne a los cuatro mejores selectivos del hemisferio sur, el fixture aún es una incógnita. La única certeza es que enfrentarán a Nueva Zelanda en condición de local y que, seguramente, Sudáfrica esté en su camino por duplicado, una por dicha competición y la otra, ya a mediados de agosto, de manera extraoficial. El resto del camino es una incógnita.


Falta poco, Pumas. Falta poco para volver a una cita mundialista. No quedan muchas oportunidades. Aprovéchenlas, dirigentes. Aprovéchenlas, jugadores y staff. Mejor tarde que nunca. Dense cuenta de los errores actuales y cambien, por más que estén contrarreloj. Convoquen “europeos”. ¿Uno? ¿Dos? ¿Tres? No importa el número. Los que sean necesarios y en las posiciones en las que se deban realizar importantes golpes de timón. No sean necios, señores de traje. No cambiarán en un abrir y cerrar de ojos los yerros cometidos en el último tiempo, pero, al menos, capten el mensaje: Argentina, sin algunos de sus mejores nombres, es buen equipo, de primer nivel, pero no de élite dentro de la élite. ¿A qué queremos ir a Japón? ¿El objetivo es dar pelea contra Inglaterra y Francia para pasar a cuartos de final o simplemente darse por vencido antes de tiempo? Hoy, al menos hoy, el micrófono, que también puede ser llamado como “sistema”, está desafinado.

Formaciones y datos del partido:

Escocia (14): 15- Stuart Hogg; 14- Blair Kinghorn; 13- Huw Jones y 12- Finn Russell; 11- Sean Maitland; 10- Adam Hastings y 9- Greig Laidlaw (C); 8- Josh Strauss, 7- Hamish Watson y 6- Jamie Ritchie; 5- Jonny Gray y 4- Grant Gilchrist; 3- Simon Berghan, 2- Fraser Brown y 1- Allan Dell.

Ingresaron: 16- Stuart McInally, 17- Alex Allan, 18- WP Nel, 19- Sam Skinner, 20- Ryan Wilson, 22- Alex Dunbar y 23- Byron McGuigan.

No ingresó: 21- George Horne.

Entrenador: Gregor Townsend.

Argentina (9): 15- Emiliano Boffelli; 14- Bautista Delguy; 13- Matías Moroni y 12- Jerónimo de la Fuente; 11- Ramiro Moyano; 10- Nicolás Sánchez y 9- Gonzalo Bertranou; 8- Javier Ortega Desio, 7- Rodrigo Bruni y 6- Pablo Matera (C); 5- Tomás Lavanini y 4- Guido Petti; 3- Santiago Medrano, 2- Agustín Creevy y 1- Santiago García Botta.

Ingresaron: 16- Julián Montoya, 17- Juan Pablo Zeiss, 18- Lucio Sordoni, 19- Matías Alemanno, 20- Tomás Lezana, 21- Martín Landajo, 22- Matías Orlando y 23- Sebastián Cancelliere.

Entrenador: Mario Ledesma.

Puntos en el primer tiempo: 3´ Penal de Greig Laidlaw (Escocia 3-0 Argentina). 28´ Penal de Nicolás Sánchez (Escocia 3-3 Argentina). 32´ Penal de Greig Laidlaw (Escocia 6-3 Argentina).

Puntos en el segundo tiempo: 3´ Penal de Nicolás Sánchez (Escocia 6-6 Argentina). 15´ Penal de Greig Laidlaw (Escocia 9-6 Argentina). 25´ Try de Sean Maitland (Escocia 14-6 Argentina). 34´ Penal de Nicolás Sánchez (Escocia 14-9 Argentina).

Árbitro: Paul Williams (Nueva Zelanda).

Jueces de touch: Nigel Owens y Dan Jones (Gales).

Asistente de video: Olly Hodges (Irlanda).

Estadio: Murrayfield (Edimburgo).