Minuto 80. Las más de 8700 personas que se acercaron a Vélez se levantan de sus butacas. Mientras tanto, en el campo de juego, los jugadores sienten el griterío, el aliento del público. A escasos metros, detrás de la línea de cal, quienes fueron sustituidos y parte del staff que tiene a Gonzalo Quesada como cabecilla rezan, se abrazan y se aferran a la esperanza: el tanteador, hasta el momento, les favorece por 23-19, pero, reanimando viejos fantasmas, la visita tiene un scrum a cinco metros del ingoal jaguar. La presión se siente a flor de piel. Y no solo en los protagonistas, sino que también es palpable en los testigos que buscan incidir en el marcador final a través del poderío de sus cuerdas vocales. Jonathan Ruru, nueve suplente del tricampeón con base en Auckland, introduce la pelota a la formación fija y, contra todo pronóstico, la primera línea de recambio que introdujo el dueño de casa logra doblegar a la contraria. Toda esta situación, no apta para cardíacos, acaba con el derechazo de Santiago González Iglesias a la popular vacía que da a la Ciudad de la Buenos Aires. El bullicio aumenta y, obviamente, también la felicidad. Jaguares, que jamás le había ganado a una escuadra kiwi en la Argentina, desbloquea un nuevo logro, uno más en su corta historia, que comenzó en febrero de 2016, con la primera de las ya cuatro aventuras por el hemisferio sur.

Así, en definitiva, se dio el final del cotejo entre ambos conjuntos. En cámara lenta, con las pulsaciones a mil, pero con una sonrisa que es visible desde Nueva Zelanda, país en el que se escribe este artículo. ¿Por el resultado? Sí, en parte, pero, principalmente, por cómo se dio: el elenco que esta vez fue capitaneado por Matías Orlando no pudo brillar, debido al mérito del rival en controlar los tiempos del juego, pero, revirtiendo la historia reciente, se adjudicó este nuevo éxito gracias a una defensa que nos hizo recordar las mejores épocas de los Pumas. Por momentos, a centímetros de recibir cinco puntos, pero siempre, siempre, utilizando al tackle como biblia. Se aferraron a una de las grandes característica históricas de nuestro rugby y dio resultado.

Además de lo emotiva que resultó la faceta defensiva en esta tercera actuación de la temporada, el ahora escolta de Sharks -NdR: que tiene once puntos, uno más que Jaguares y Bulls- en la Conferencia Sudafricana también estuvo sólido en el lineout (9/9 más una obtención con lanzamiento del adversario), un scrum que funcionó cuando tuvo que funcionar y un maul ofensivo que le dio un try tras un gran empuje que acabó con la zambullida de Julián Montoya para provocar el delirio en Liniers. Individualmente, los más sobresalientes fueron, sin duda alguna, Ramiro Moyano (autor de dos tries), Marcos Kremer (el motor de los delanteros), Matías Orlando y Matías Moroni. Estos dos últimos, convirtiéndose en una muralla ante supersónicos como Ma'a Nonu y Sonny Bill Williams. ¿Qué hay para mejorar? Todo, es decir, seguir perfeccionándolo. No hubo grandes falencias. Eso, teniendo en cuenta que el certamen recién está en su zona de amanecer, ilusiona, y mucho.

Hasta aquí, Jaguares ha alcanzado rendimientos propios de un plantel de playoffs, pero la realidad es que aún falta una eternidad en este campeonato. Ahora, ya con el festejo consumado, será momento de armar las valijas y salir rumbo al aeropuerto internacional de Ezeiza. El destino será Johannesburgo. El próximo sábado, a las 10:05, estarán cara a cara con Lions, en lo que marcará la apertura de la primera experiencia en el extranjero para esta nómina de jugadores que posteriormente tendrá cuatro viajes más (Sudáfrica, por duplicado, por esta competición y también por el test match post Rugby Championship, y Oceanía, con una visita a Nueva Zelanda, por el Super Rugby, y dos a Australia, por ambos torneos) antes del gran objetivo del año: el Mundial, en Japón, entre septiembre y noviembre. Todavía falta mucho para arribar a la tierra del sol naciente, pero estos muchachos empiezan a ser identificados por su temple y actitud.

Síntesis del partido:

Jaguares (23): 15- Juan Cruz Mallía; 14- Bautista Delguy; 13- Matías Moroni y 12- Matías Orlando (C); 11- Ramiro Moyano; 10- Joaquín Díaz Bonilla y 9- Tomás Cubelli; 8- Javier Ortega Desio, 7- Marcos Kremer y 6- Pablo Matera; 5- Tomás Lavanini y 4- Guido Petti; 3- Santiago Medrano, 2- Agustín Creevy y 1- Mayco Vivas.

Ingresaron: 16- Julián Montoya, 17- Juan Pablo Zeiss, 18- Enrique Pieretto, 19- Matías Alemanno, 20- Rodrigo Bruni, 21- Martín Landajo, 22- Santiago González Iglesias y 23- Joaquín Tuculet.

Amonestado: PT 32´ Tomás Lavanini.

Entrenador: Gonzalo Quesada.

Blues (19): 15- Melani Nanai; 14- Tanielu Tele'a; 13- TJ Faiane y 12- Ma’a Nonu; 11- Rieko Ioane; 10- Otere Black y 9- Augustine Pulu; 8- Akira Ioane, 7- Dalton Papali'i y 6- Tom Robinson; 5- Josh Goodhue y 4- Patrick Tuipulotu (C); 3- Ofa Tu'ungafasi, 2- James Parsons y 1- Alex Hodgman.

Ingresaron: 16- Matt Moulds, 17- Karl Tu'inukuafe, 18- Sione Mafileo, 19- Gerard Cowley-Tuioti, 20- Matt Matich, 21- Jonathan Ruru, 22- Harry Plummer y 23- Sonny Bill Williams.

Entrenador: Leon MacDonald.

Puntos en el primer tiempo: 2´ Penal de Otere Black (Jaguares 0-3 Blues). 6´ Penal de Joaquín Díaz Bonilla (Jaguares 3-3 Blues). 8´ Penal de Otere Black (Jaguares 3-6 Blues). 14´ Penal de Joaquín Díaz Bonilla (Jaguares 6-6 Blues). 33´ Penal de Otere Black (Jaguares 6-9 Blues). 38´ Try de Ramiro Moyano (Jaguares 11-9 Blues).

Puntos en el segundo tiempo: 10´ Penal de Otere Black (Jaguares 11-12 Blues). 24´ Try de Ramiro Moyano convertido por Joaquín Díaz Bonilla (Jaguares 18-12 Blues). 28´ Try de Julián Montoya (Jaguares 23-12 Blues). 32´ Try de Dalton Papali’i convertido por Otere Black (Jaguares 23-19 Blues).

Árbitro: Rasta Rasivhenge (Sudáfrica).

Jueces de touch: Brendon Pickerill y Mike Fraser (Nueva Zelanda).

Asistente de video: Santiago Borsani (Argentina).

Estadio: José Amalfitani (Liniers).