Cinco metros. Tan cerca y, asimismo, tan lejos. Eso fue lo que faltó a la Argentina para conseguir el primer triunfo de su historia frente a Nueva Zelanda. Y no es que se haya jugado un partido magnífico. Es que parece que ya ni siquiera es necesario que se alineen todos los planetas. Con un rendimiento con marcados altibajos y errores groseros, se perdió por apenas cuatro puntos con el mejor equipo que tiene este deporte.

¿Dónde estuvo la diferencia? En el cierre de ambos tiempos. En la etapa inicial, a cuatro minutos del entretiempo el resultado favorecía por 10-9 a la visita, pero, en una ráfaga, consiguieron diez puntos más: primero, con un penal de Beauden Barrett frontal a los palos. Luego, con una intercepción a Nicolás Sánchez que culminó con Brodie Retallick apoyando en el ingoal. Además, el mismísimo Barrett volvió a aportar dos unidades más a la causa gracias a la conversión; en el complemento, ya con el tanteador 20-16 para los tres veces ganadores del trofeo William Webb Ellis (1987, 2011 y 2015), la fórmula line-maul falló a escasos pasos de producir la mayor gesta en la historia de nuestro rugby. Más bien, por méritos de su fabulosa defensa que por yerros propios.

De todos modos, más allá del resultado adverso, lo hecho por el dueño de casa fue maravilloso, fundamentalmente porque jamás se fue de partido, incluso teniendo en cuenta los mazazos recibidos sobre el epílogo de los cuarenta minutos iniciales. Y consiguieron algo que no es poco: mantuvieron en cero a los kiwis durante el segundo acto… ¡Sí, sin conseguir sumar ni siquiera un penal o un drop!

Sin embargo, no fue todo color de rosa para el representativo de la UAR. Junto al resultado que al final de la cuenta los perjudicó, mostraron una merma física durante buena parte del juego, principalmente después del 6-0 conseguido en los primeros diez minutos de juego. Esta baja de la intensidad puede tener dos explicaciones: la primera, y principal, el corto intervalo entre el Super Rugby y esta competición. Apenas dos semanas tuvieron entre la final en Christchurch con Crusaders enfrente y este bautismo de temporada como adversarios de Steve Hansen y sus muchachos. En segundo lugar, el ritmo desenfrenado del cotejo en sí; las respuestas, claramente, no fueron las mismas. Hubo jugadores que estuvieron por debajo de lo que pueden dar, como Tomás Lavanini, Tomás Cubelli (en el primer tiempo) y Sánchez (a quien se lo vio sin ritmo para lanzar los movimientos), por mencionar algunos nombres.

¿Y cómo quedaron tan cerca del gran cimbronazo sin haber lucido su mejor versión? Por haber sido resilientes. Esas ganas de seguir empujando fueron más que los problemas que surgieron durante el desarrollo de la contienda. Ni siquiera impactó de lleno el bajísimo 50 % de efectividad en los tackles, algo poco habitual para un plantel que se destaca por su gigantesca defensa. ¿Y qué se puede destacar desde lo rugbístico? La firmeza en el scrum (pese a la pelota perdida en un lanzamiento propio), la solidez en el lineout y la presión constante para no dejar jugar cómodo al oponente. Individualmente, en el podio, Pablo Matera, Matías Orlando y Jerónimo de la Fuente.

Pero ya hay que empezar a pensar en lo que viene. Desde las 6:45 del sábado que viene, en el Estadio Suncorp, de Brisbane, los albicelestes estarán cara a cara con Australia, que sucumbió ante Sudáfrica por 35-17, en Johannesburgo. Será una buena oportunidad para apelar a la rotación y ver en cancha a más "europeos" (Facundo Isa, Santiago Cordero y Ramiro Herrera) y, seguramente, a Lucas Mensa, de muy buen pasado con Argentina XV, y Manuel Montero, quien se salió del sistema profesional en el 2016. Seguramente haya una buena chance para volver con cuatro o cinco puntos desde tierra oceánica. Ojalá así lo sea. Lo de ayer, ante más de 31 mil personas, fue un trago amargo que igualmente nos llena de orgullo.

Síntesis del partido:

Argentina (16): 15- Emiliano Boffelli; 14- Matías Moroni; 13- Matías Orlando y 12- Jerónimo de la Fuente; 11- Ramiro Moyano; 10- Nicolás Sánchez y 9- Tomás Cubelli; 8- Javier Ortega Desio, 7- Marcos Kremer y 6- Pablo Matera (C); 5- Tomás Lavanini y 4- Guido Petti; 3- Juan Figallo, 2- Agustín Creevy y 1- Nahuel Tetaz Chaparro.

Ingresaron: 16- Julián Montoya, 17- Mayco Vivas, 18- Santiago Medrano, 19- Matías Alemanno, 20- Tomás Lezana, 21- Felipe Ezcurra, 22- Joaquín Díaz Bonilla y 23- Joaquín Tuculet.

Entrenador: Mario Ledesma.

Nueva Zelanda (20): 15- Ben Smith; 14- Sevu Reece; 13- Anton Lienert-Brown y 12- Ngani Laumape; 11- Jordie Barrett; 10- Beauden Barrett y 9- Aaron Smith; 8- Ardie Savea, 7- Sam Cane (C) y 6- Vaea Fifita; 5- Patrick Tuipulotu y 4- Brodie Retallick; 3- Angus Ta'avao, 2- Dane Coles y 1- Ofa Tu'ungafasi.

Ingresaron: 16- Liam Coltman, 17- Atu Moli, 18- Nepo Laulala, 19- Jackson Hemopo, 20- Luke Jacobson, 21- Brad Weber y 23- Braydon Ennor.

No ingresó: 22- Josh Ioane.

Entrenador: Steve Hansen.

Puntos en el primer tiempo: 1’ Penal de Nicolás Sánchez (Argentina 3-0 Nueva Zelanda). 6’ Penal de Emiliano Boffelli (Argentina 6-0 Nueva Zelanda). 17’ Try de Ngani Laumape convertido por Beauden Barrett (Argentina 6-7 Nueva Zelanda). 21’ Penal de Nicolás Sánchez (Argentina 9-7 Nueva Zelanda). 23’ y 36’ Penales de Beauden Barrett (Argentina 9-13 Nueva Zelanda). 38’ Try de Brodie Retallick convertido por Beauden Barrett (Argentina 9-20 Nueva Zelanda).

Puntos en el primer tiempo: 6’ Try de Emiliano Boffelli convertido por Nicolás Sánchez (Argentina 16-20 Nueva Zelanda).

Árbitro: Angus Gardner (Australia).

Jueces de touch: Andrew Brace (Irlanda) y Alexandre Ruiz (Francia).

Asistente de video: Graham Hughes (Inglaterra).

Estadio: José Amalfitani (Liniers).