Perfil bajo. Así se lo puede definir a Marcelo Bosch, una de las piezas claves que tuvieron Santiago Phelan (2008-2013) y Daniel Hourcade (2013 en adelante) en el XV inicial. Clave en defensa y con importantes aportes en ataque, como en el único éxito que obtuvo la Argentina ante Sudáfrica de visitante, hace más de un año, en Durban, en lo que fue la cuarta edición del Rugby Championship.

El experimentado centro disputó dos mundiales con Los Pumas: Nueva Zelanda 2011, donde alcanzó los cuartos de final y, posteriormente, Inglaterra 2015, quedando fuera de juego en semifinales. Eso, irrevocablemente, lo depositó en un lugar de privilegio dentro de la estructura Puma. Se volvió un hombre fundamental en el seleccionado nacional.

Ya han pasado más de doce meses desde su última aparición con la camiseta albiceleste. Bosch, con familia de por medio, decidió extender su travesía por el viejo continente. El Super Rugby y los interminables viajes a Sudáfrica, Nueva Zelanda y Japón no forman parte de su agenda. Al no seguir dentro del ‘sistema’, el ex jugador del Biarritz francés (club en el que jugó del 2006 al 2013) no puede formar parte del proceso mundialista rumbo a Japón 2019. Ante esta situación, su actualidad en Inglaterra y sus seres queridos son, hoy más que nunca, sus prioridades. Volver a ponerse la indumentaria argentina, una de las tantas incógnitas que rondan en su cabeza de cara al futuro.   

¿Cómo te sentís a tus 32 años? ¿La edad empieza a jugar un rol importante en el profesionalismo?

Al momento me siento muy bien. Después de una larga temporada pasada, tuve buenas vacaciones, hice una buena pretemporada con el club y hoy me siento muy bien físicamente a pesar de ya haber llegado a los 32 años. Uno conoce más su cuerpo también y sabe qué es lo que necesita para llegar al partido de la mejor manera posible.

Más allá de que estés en un buen momento de tu carrera y en un club en el que has obtenido varios títulos, ¿te ponés una fecha de caducación en la élite?

Al momento, no. Ahora lo tomo como algo en donde voy año a año y, si sigo bien físicamente y con ganas de jugar, lo seguiré haciendo. Cuando el cuerpo y la cabeza ya no tengan más ganas será momento de dejar, pero en este momento estoy disfrutando mucho de cada partido que me toca jugar.

Líderes de la Premiership y encaminados en el comienzo de la Copa de Campeones de Europa. ¿Para qué está Saracens en esta temporada?

Estamos para seguir mejorando y para ser el mejor equipo posible cada fin de semana cuando nos toca entrar a la cancha. Todavía no hemos hablado de objetivos en el club ya que es una temporada larga y  ni siquiera estamos en la mitad. Estamos muy bien encaminados y, seguramente, llegando a las instancias finales vamos a querer defender los campeonatos que ganamos la temporada pasada. Sabemos que es algo muy difícil, por eso nos concentramos en el ahora y en el partido que viene y eso, eventualmente, nos hará llegar a jugar en instancias finales. A partir de ahí todo es posible.

Hace un par de días entrevistamos a Juan Figallo y nos comentó que el rugby inglés es “más metódico” que el francés. Vos, que jugaste en ambos países, ¿qué diferencias notás entre ambos?

Pienso similar a lo que él les comentó. Acá, en Inglaterra, hay mucha estructura de juego y estrategia en base a tu rival de turno. Es más metódico y frontal. El francés, si bien hay estructuras de juego, creo que es menor a lo que es en suelo inglés.

Ya pasó más de un año del Mundial en Inglaterra. Con poco menos de tres años para la cita en Japón, ¿jugarlo está en tus planes?

Sinceramente, no pienso en eso. Estoy disfrutando mucho el presente y viviendo al máximo cada momento que me toca vivir dentro de la cancha. No sé cuánto tiempo más jugaré al rugby profesional. Por ahora tengo el resto de esta temporada y una más, ya que firmé de vuelta con Saracens.

La pregunta anterior está directamente relacionada con la próxima. Como sabés, para jugar en Los Pumas hay que estar en el hemisferio sur. Hace un tiempo, en comunicación con Breakdown Radio, dejaste en claro que estás muy cómodo en Inglaterra. Al tener familia, ¿se hace muy difícil retornar al país?

Así es. Como comenté en aquel entonces, estoy en un club de primer nivel en todos los sentidos, muy asentado y disfrutando mucho. Sé que los jugadores de los Jaguares y Los Pumas viajaron mucho durante todo el año y yo, con familia de por medio, 32 años de edad y estando en este club, se hace difícil cambiar y estar bastante alejado de mis seres queridos durante todo el año. Aparte, nunca tuve un ofrecimiento para volver al país, lo cual hizo más sencilla mi decisión.

Ya se está terminando el primer año en el que la Argentina afrontó dos competiciones de primer nivel como lo son el Rugby Championship y el Super Rugby, ¿pudiste ver a Jaguares y a Los Pumas? ¿Cómo los viste?

Sí, pude ver algunos partidos. Creo que en ambas competencias fueron de mayor a menor. Empezaron bien el Super Rugby pero después los resultados no acompañaron y quizás el nivel de rugby que mostró el equipo al final no fue el mejor. En el Rugby Championship empezaron con dos buenos partidos ante Sudáfrica -NdR: se impusieron por 26-24, en Salta. Previamente, en Nelspruit, cayeron por 30-23. Luego, ante Nueva Zelanda en Hamilton, jugaron cincuenta minutos impresionantes pero terminaron perdieron abultadamente y, desde ahí, el nivel varió mucho. Tuvieron momentos de buen rugby, pero con cosas a corregir y, finalmente, hizo que los resultados no fueran buenos.

Volvemos nuevamente a lo que mencionó Figallo. Él, en relación a las diferencias entre el Norte y el Sur, dijo que la principal diferencia es el tiempo que lleva cada ruck. Vos, que tuviste la experiencia de haber formado parte de las cuatro primeras ediciones del Rugby Championship, ¿en qué aspectos del juego creés que se diferencian?

Coincido con él. Los rucks del Norte y del Sur son diferentes y eso hace, indefectiblemente, el juego tenga o no más dinámica. Cada equipo tiene su estrategia, pero cuando jugás contra Australia, Nueva Zelanda y Argentina no vas a querer que estos equipos tengan velocidad de pelota en los rucks y puedan desplegar su juego abierto y dinámico que conocemos. Entonces, el hecho de enlentecer la salida de la pelota en esta formación móvil -NdR: el ruck una de las dos formaciones móviles que existen en el rugby. ¿La otra? El maul.- o tener una defensa que presione mucho puede generar que estos seleccionados pierdan dinámica en su juego. Ahí está la importancia del punto de contacto.

Tras 48 años, Belgrano volvió a salir campeón. Más allá de que ya hayan pasado varias semanas desde el desahogo, imagino que la felicidad aún perdura. ¿Cómo lo viviste?

Fue muy emocionante. Seguramente se siga celebrando en el club lo que significó este título después de muchísimos años de trabajo y con tanta gente haciendo muchos esfuerzos para que Belgrano vuelva a lo más alto del rugby en Buenos Aires, más si se tiene en cuenta cómo lo consiguieron. Fue muy emocionante ver fotos, diarios, videos de lo que fue y significó esto para toda la gente del club.

Y, para el cierre, la pregunta obligatoria: ¿soñás con volver a pisar Virrey del Pino como jugador o es algo que todavía no lo pensaste?

Hoy en día no lo pienso mucho. En caso de volver al país, me encantaría hacerlo. apenas. Es algo que decidiré apenas termine de jugar profesionalmente, pero no sé qué haremos con mi familia cuando llegue ese momento. De volver, seguramente lo consideraría.