En la cancha número dos del Principado, Federico Delbonis buscaba continuar con el ritmo ascendente conseguido, entre otras actuaciones, a partir del título en Marrakech. Su rival, Fernando Verdasco, 88° del mundo (fue 7° en 2009), que accedió al torneo gracias a un wild card.  Un duelo de zurdos. Anteriormente, se habían enfrentado en una sola oportunidad, con triunfo de Delbonis por 6-7, 7-6, 6-4 en los cuartos de final de Hamburgo 2013. Áquel, fue el torneo de su gran irrupción: proveniente de la clasificación, alcanzó la final derrotando, nada más y nada menos, que a Roger Federer e ingresando, por primera vez, al Top 100 del ranking. Sin embargo, en esta ocasión, la historia sería completamente distinta.

Al jugador de Azul se le hizo muy difícil sumar, ganando su primer punto recién en el tercer game. Esta dificultad estuvo vinculada al origen del juego: por un lado, con una efectividad (bajísima) del 35% (6/17) con su primer servicio, no ganando ninguno de esos puntos; por el otro, el español, entre aciertos propios y errores rivales, contó con un 52% (9/17) de saques sin devolución. En conjunto con una notable prolijidad en su juego, le permitieron adjudicarse la primera manga por un contundente 6-0, capitalizando las tres oportunidades de quiebre a su favor, en apenas 22 minutos.

En el segundo parcial, Delbonis logró plantear una situación de mayor paridad, con más correlato con su actualidad en el circuito. Durante los primeros seis juegos no existieron situaciones de quiebre, llegando igualados (3-3) a la definición del mismo. En ese momento, el madrileño sacó a relucir toda su experiencia y calidad. Sostuvo con facilidad sus dos turnos al servicio y convirtió el primer break point a su favor, para llevarse el set, y de este modo el partido, por 6-3. De este modo, no quedan argentinos en el Masters 1000 de Monte-Carlo.

Pese a la inesperada contundencia del marcador final, lo que le ocurrió a Delbonis es habitual en el circuito. Pasar, en sólo  48 horas, de una coronación, con el desgaste que conlleva, a iniciar una nueva competición en un país diferente es una de las ingratitudes de este deporte. Por otra parte, tendrá la oportunidad de cambiar rápidamente de página desde el próximo lunes, en el ATP 250 de Bucarest (Rumania).

Por el lado de Verdasco, se enfrentará por la segunda vuelta al ascendente David Goffin (en marzo, alcanzó sus primeras dos semifinales, Indian Wells y Miami, en ésta categoría de torneos). Además, junto a Rafael Nadal, jugarán por los octavos de final de dobles contra Pierre-Hugues Herbert, verdugo de Guido Pella en la primera vuelta, y Nicolas Mahut; quienes triunfaron, en esta especialidad, en los primeros dos Masters 1000 de la temporada.