Del Potro regresó al césped después de varios años y lo hizo de gran manera. Le ganó a Grigor Dimitrov y a Gilles Simon, ambos jugadores peligrosos que supieron ser top ten hace no mucho tiempo atrás.

En semifinales le tocó el local Phillip Kolhsraiber, especialista en canchas rápidas. El partido fue demorado por lluvia durante dos horas y una vez reanudado fue el alemán quien se impuso sin atenueantes.

Cabe destacar que aunque Del Potro cayó derrotado, mostró algunas facetas de su juego que esperanzan al público argentino de cara al futuro. Su saque sigue intacto, lo que le proporcina mandar en los puntos con su servicio. Además su derecha sigue siendo un "martillo", por momentos casi imposible de devolver.

Lejos está "Delpo" de estar a la altura de aquel que supo ser en 2009 cuando cosquistó el US Open, pero de no mediar inconvenientes físicos, el tandilense espera regresar de a poco a ese nivel.

La próxima parada será en Londres, en el ATP 250 organizado en dicha ciudad. Este torneo le dará la posibilidad de no perder el ritmo que demostró durante esta semana en tierras germanas. Su debut será ante el "gigante" norteamericano Jhon Isner, quien tiene sin lugar a dudas el mejor saque del circuito.

Estos torneos son la antesala de los que será el tercer Grand Slam de la temporada, Wimbledon. El argentino no pudo participar del Australian Open ni tampoco de Roland Garros, por lo que sería el primer acontecimiento de relevancia para "La Torre" en ésta temporada. La última vez que participó en un torneo grande fue en Australia en 2014, cayendo en segunda ronda ante el español Bautista Agut.

El tema más importante por estos días para "Delpo" será dejar atrás los dolores en su muñeca, cuestión que lo viene aquejando hace tiempo y que no le permite desplegar su mejor tenis.