El abierto de Australia no deja de sorprendernos año a año. Sin ir muy lejos en el 2016, en el torneo femenino veíamos como Angelique Kerber vencía en el partido definitorio a Serena Williams, o en este mismo nos desilusionábamos al escuchar que Novak Djokovic y Andy Murray habían sido derrotados. Pero en esta ocasión, quien parece llevarse todos los flashes es Roger Federer, que volvió a alcanzar una final después de cuatro Grand Slams.


Para asombro de todo el mundo, Federer volvió a una instancia final luego de un largo tiempo, tras pasar y sufrir varias lesiones que lo dejaron fuera del circuito. La ultima -en la rodilla- le demando seis meses de recuperación, debido a esto no estuvo presente en el US Open del año pasado. Sin embargo, él ya tenia la idea de que durante ese periodo de trabajo regenerativo su cabeza y sus ganas de volver a jugar estarían situadas en tierras australianas.

El ex número uno del mundo no tuvo un camino fácil para llegar a esta final, debió enfrentar a tenistas de fuerte nombre en el circuito. Por octavos de final, su rival fue el alemán Mischa Zverev, que actualmente se encuentra en el puesto 50 del ranking ATP y es una de las grandes promesas del tenis mundial. Una hora y 32 minutos bastó para que el suizo venciera en tres sets al joven talento de solo 19 años. Quizás el rival más duro hasta el momento fue su compatriota Stan Wawrinka, al que logró vencer en cinco sets. 

El otro tema destacado aquí es quien será su rival en la final. Los amantes del tenis ya sueñan con volver a disfrutar de otro intenso partido ante Rafael Nadal, que disputará la segunda semifinal ante el búlgaro Grigor Dimitrov, número 15 del ranking y revelación del primer Grand Slam del año. La ultima vez que se pudo apreciar un Roger-Rafa en una final de un torneo grande fue hace seis años atrás, en el Roland Garros 2011. En aquella oportunidad el español se llevó el título.

Este domingo con 35 años y 177 días, Roger intentará volver a conquistar un Grand Slam y convertirse en el tenista con más edad en conseguir un torneo grande. Además hace cinco años -Wimbledon 2012- que no se queda con uno de los cuatro.

"Siento que todo ha sucedido muy rápidamente. Y es increíble, porque nunca, nunca, incluso en mis sueños más salvajes, pensé que llegaría tan lejos en Australia", expresó Federer tras imponerse a Wawrinka. Esta frase confirma lo que siente cualquier amante del tenis, porque en los sueños más salvajes se encuentra lo imposible, o lo que creíamos que no era posible. Habrá que esperar hasta mañana para ver si el sueño de una nueva final entre Roger y Rafa se vuelve realidad.