¿Partido parejo?, si otro más. Los partidos del Masters son así, porque juegan los mejores ocho tenistas del ranking mundial. Pero no solo juegan los tenistas. Sus cabezas también juegan un papel protagónico. Cualquier deporte requiere un nivel de concentración alto, pero los que son individuales como el tenis mucho más. Este condimento extra es tan importante como el de ponerse bien las medias y estar parados cómodamente.

Ambos tenistas venían de perder el primer juego: Cilic frente a Alexander Zverev y Sock ante Roger Federer. Algo que supone que la cabeza ya empieza a trabajar: "Si no perdí el primero, tengo que salir a ganar el segundo". El norteamericano sabe que su arma fuerte es su derecha invertida, sin embargo, deja mucho que desear cuando tiene que emplear su revés. Cilic lo supo y fue ahí donde más le gustó atacar. Por eso es importante la cabeza.

A pesar de tener un set muy irregular, Cilic demuestra toda su categoría y no negoció nunca su intensidad e idea de juego. Su punto más flojo fue el ataque a la red, la atacó en varias oportunidades y sin éxito (de 15 ocasiones concretó 9). A pesar de caer varias veces en las pretensiones de Sock, la primera manga quedó para el croata que jugó rápido para que el estadounidense perdiera el control de su estabilidad. Con ese juego su 1,91 m quedó muy expuesto y le fue dificil controlar todos los tiros y los quiebres de cintura. 

En el segundo parcial, Sock se lo puso al hombro y siguió jugando con la misma idea de juego y eso empezó a incomodar, tal vez demasiado, a Cilic. Tras tres dobles faltas en un game dejaron en evidencia que la cabeza del croata estaba comenzando a jugarle en contra. Pareció que se le olvido que estaba en medio de un partido. Insólito. El último ganador del M1000 de París, no desaprovechó la situación para poner en knock out al europeo.

Rapidamente, el n° 5 de la ATP tuvo un pequeño envión para que nos olvidemos del set anterior, y en el definitivo desplegó mucha entrega. Le quebró el saque al norteamericano. Volvió a tornarse parejo. Ya en el tie break final, Sock jugó más inteligente que su rival y se impuso por 7-4. Otra vez entra en juego la cabeza. Que complicado parece entrar a una cancha, en este caso de tenis y no estar 100 por cien concentrado. Esa sensación dejó Cilic en la cancha.