Merecido triunfo del Cebolla, quien la tuvo que pelear dura en los tres torneos disputados en Sudamérica. En Argentina le tocó contra Dominic Thiem en segunda ronda, en Río contra Monfils y en la noche de San Pablo, nuevamente le tocó contra Monfils. Y la tercera fue la vencida, porque es un laburante del tenis, porque la rema y porque está bien físicamente y pudo sostener un tercer parcial ante un jugador elástico y muy difícil de resistir.

En el primer set, ambos tenistas no estuvieron precisos con el servicio desde en los primeros juegos, por ello Zeballos tuvo que salvar un punto de quiebre para sostener el primer servicio del set. Tras soportar el asedio de la Pantera, el marplatense logró generar muy buenas devoluciones para conseguir el quiebre.

Luego de que el argentino logre el quiebre el partido entró en una transición, hasta que en el quinto juego, Monfils sufrió una caída y tuvo que ser atendido. Tras la vuelta, intentó esbozar una reacción, pero Zeballos estuvo muy certero con el saque y logró mantenerlo cerrando el set por 6-3.

En la segunda manga el francés comenzó mejor y le pagó con la misma moneda al argentino, quedándose con el quiebre en el segundo juego del parcial. Monfils ganó confianza, dominando el parcial desde el fondo de la cancha y manteniendo la ventaja para quedarse con el set por 6-3 y llevar todo al tercer set como en Río.

Desde el primer juego del tercer set, Zeballos tuvo dificultades para sostener su servicio, teniendo que salvar el saque en casi todos los juegos del parcial. Pero hoy era el día del Cebolla, hoy era el día que debías soltar la locura y fue en el sexto set que en la única oportunidad de quiebre que tuvo el argentino se quedó con el saque del francés.

Y Horacio resistió, armó una trinchera, se bancó todos los intentos de Monfils de recuperar el saque y tras lograrlo desató la euforia por haber logrado su pase a los cuartos de final donde espera por  Brasileño Dutra Silva, que le ganó en set corridos, por 6-4 y 6-2 al argentino Nicolás Kicker.