Con gestos de dolor, sin energía, cabizbajo, pero con mucho amor propio. Así se resume el triunfazo de Juan Martín Del Potro ante Dominic Thiem, el número 6 del ránking mundial a quien ya le ganó las cuatro veces que lo enfrentó. Empezó con un dominio total, sin embargo no pudo cerrar el partido con su saque y le complicó más de la cuenta.

  El argentino controló el primer set en todos los aspectos del juego. Ni bien comenzaba el partido, una derecha invertida de Thiem insinuó mucho más de lo que finalmente concretó. La Torre de Tandil muy firme con su saque, consiguió el 78 por ciento de los puntos que disputó con su primer servicio, ante un Thiem que no pudo hacer nada con las devoluciones y además cedió su saque en dos oportunidades. De Potro se quedó con el set por 6-2 en media hora.

  Lo interesante vino en la segunda manga. Del Potro comenzó quebrando el saque del austríaco y luego, aunque le costó, lo confirmó y se ponía 2-0 arriba. De esta manera, ganaba 7 de los últimos 8 games del partido a un Thiem que parecía no levantar cabeza. El argentino controlaba el encuentro a su ritmo con su eficacia en el saque y derecha y parecía cuestión de tiempo la definición del duelo.

  Pero el europeo sacó a lucir todo su amor propio y cuando estaba 4-5 abajo y con el saque del rival, consiguió su primer quiebre del partido. Mejor tarde que nunca es el lema que encajaría a la perfección en Thiem que mostró un evidente cambio de actitud y sumado al golpe anímico que sintió Del Potro, llevó a que el segundo set se defina en un tie-break.

  En el desempate, el argentino movía constantemente su brazo derecho como si sintiera una molestia y también su intensidad había disminuido. Como si eso no fuera lo peor, el austríaco empezaba 2-0 y la noche de Acapulco parecía encimarse sobre el argentino. Del Potro pudo remontar y poner el marcador 3-3, pero luego de ganar un punto, cometió una doble falta y le cedió a Thiem la chance de quedarse con el set. La derecha del austríaco murió en la red, aunque con un ace volvía a disponer de otra oportunidad. En ese momento crítico del partido, Del Potro sacó dos martillazos con su saque para ponerse match point y posteriormente un eufórico festejo tras sellar su pase a las semifinales donde lo espera Alexander Zverev.

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