Fue suficiente una hora y media de juego para que el alemán Alexander Zverev se deshaga del español Carreno Busta y llegar a la final de un Master 1000, el tercero en su carrera después de Roma y Montreal, ambos victoriosos. El alemán, nunca tuvo comprometido el partido, dominó con tranquilidad al español logrando administrar realmente sus energías para la dura final. Zverev se volvió a complicar con la derecha un ítem que deberá cuidar y mucho para poder ganarle al bombardero norteamericano en la final de mañana. Isner contra Del Potro demostró estar en su mejor momento y cuando consigue el quiebre del servicio de sus rivales es imposible que los mismos se recuperen.

En rueda de prensa el teuton manifestó sobre su partido de mañana, “Será un partido totalmente diferente y francamente complicado. Seguro que John conectará muchos golpes ganadores y muchos saques directos, pero estoy preparado para el reto. Estoy jugando bien y espero mantenerlo en la final, ya veremos hasta donde llego".

Ante su falta de concentración en parte del partido se le consultó,  “¿Qué fue lo que me dije tras ir 0-3 abajo en el tiebreak? me dije nada a mí mismo, eso es algo que hacen las personas que están locas. Tras recibir el 0-3 en el tiebreak intenté ser más agresivo, conseguir algunos golpes ganadores y encontrar el ritmo que me había llevado a jugar bien el resto del partido”, recuerda Sascha, enrolado en su mejor momento del año después de alcanzar su primera final ATP de 2018.

Sobre la Copa Davis contra España, "Llegar a la final es una gran noticia pero es me impedirá tener apenas dos días de descanso, casi no tendré mucho tiempo para adaptarme a la tierra batida, aunque espero hacerlo bien y, si tengo que enfrentarme de nuevo ante Pablo, que sea un gran partido", confesó el actual número 5 del mundo, líder del equipo alemán de Copa Davis que partirá rumbo a Valencia nada más termine su función en Florida.

Dos finales, dos ganadas, no se puede quejar un Zverev que a sus 20 años luchará mañana por levantar su tercera corona de Masters 1000 ante un John Isner que, a sus 32 años, todavía busca la primera. Isner es una moneda al aire, puede jugar de maravillas como contra Delpo o puede jugar todo directo al medio y eso sería un placer para Sasha en la final de mañana.