Humildad, trabajo y sacrificio. Las palabras que definen el espíritu competidor y el juego de David Goffin. El belga le ganó a Roger Federer por 2-6, 6-3 y 6-4 en una hora y 45 minutos y se metió en la final del Masters por primera vez en su carrera.

Federer arrancó el set bien posicionado en la linea de fondo, pero obligando con tiros largos y profundos para que Goffin no pueda moverse libremente en la cancha. Y a pesar de no estar tan fino como el suizo acostumbra, logró en enloquecer al público de Londres con dos revés paralelos. Muy lejos había quedado el jugador del comienzo que levantó cuatro posibilidades de quiebre y aguantó siete minutos el primer game del partido.

Al comenzar el segundo parcial, parecía que la película se repetiría. Goffin arrancó flojo, pero a base de puro sacrificio se convirtió en el amo y señor del set. El número ocho del ranking aprovechó la primera y única oportunidad de break point que tuvo, y con su saque marcó una diferencia amplia ante el suizo. Además, explotó y exprimió las debilidades que Federer mostró en su derecha a lo largo del torneo.

Ya en el definitivo, Federer siguió con sus altibajos. Pero el cambio de estrategia de pasar a atacar la red en cuanto tenia la oportunidad le dio frutos. El partido dejó de ser para cualquiera y se torno muy parejo. Con un quiebre a favor, Goffin soltó su juego se volvió mas dinámico y se puso contra las cuerdas al suizo. En contracara de su rival, muy forzado y poco lucido en sus devoluciones.

"No hay palabras para describir lo que fue este partido", expresó Goffin emocionado tras finalizar el partido. El nacido en Rocourt ya espera por su rival, que saldrá de la segunda semifinal entre el estadounidense Jack Sock y el búlgaro Grigor Dimitrov.