Se informó el miércoles que Jones dio positivo en las cantidades de trazas de un metabolito oral de Turinabol en una muestra del 28 de diciembre recolectada por la Agencia voluntaria de lucha contra el dopaje (VADA) el día del pesaje de UFC 232.
La Comisión Atlética del Estado de California optó por no castigar a Jones por su prueba de drogas positiva del 28 de diciembre, citando la misma lógica que UFC y USADA citaron después de la prueba de drogas positiva de Jones el 9 de diciembre; esencialmente, que el metabolito M3 de larga duración encontró en el sistema de Jones un remanente 'pulsante' de la misma sustancia.
Jones fue suspendido 15 meses antes por una prueba de drogas fallida en julio de 2017 en relación con UFC 214. Luego, finalmente derrotó a Gustfasson a través de un nocaut técnico en el tercer asalto para recuperar el peso pesado ligero.
Título en el evento principal de UFC 232. Pasó sus pruebas de detección de drogas el 29 de diciembre administradas por UFC y USADA. Jones está programado para presentarse en una audiencia de la Comisión Atlética de Nevada el 29 de enero para determinar su futuro a la luz de su última situación de prueba de drogas. Si todo va bien, Jones estará tentativamente para defender su campeonato, Anthony Smith, el 2 de marzo en el evento principal de UFC 235.
El jueves, el equipo de Gustafsson lanzó una declaración al medio de prensa MMA Fighting expresando su descontento con los últimos hallazgos de pruebas de drogas de Jones y la forma en que se ha manejado el caso del campeón de peso semipesado.
El gerente de Gustafsson, Nima Safapour, escribió que Jones 'esencialmente recibió una exención de uso en una infracción de responsabilidad estricta' y calificó la situación como 'un desastre absoluto'.