Uno chocoano y otro bogotano, uno de familia sin inconvenientes económicos y el otro humilde, uno es blanco y el otro negro. Pareciera que ellos dos hubieran nacido para complementarse en todas las facetas, pero en verdad, sólo necesitan hacerlo en una, que es compartiendo la primera línea de volantes de la selección colombiana de fútbol, y a decir verdad lo hacen de muy buena manera.

Su trabajo es en ocasiones tan valioso como poco valorado, tan efectivo como silencioso y tan necesario como complicado de hacer en un equipo de fútbol; en la tricolor ellos se encargan del equilibrio y el quite de balón, labor que en Brasil han cumplido de forma casi brillante aunque los flashes de las cámaras no han estado sobre ellos, y a decir verdad ellos no requieren de dichos flashs, sólo necesitan de su garra y su enjundia para seguir cumpliendo su labor.

La base de este mediocampo es el señor Carlos Alberto Sánchez, quien en el esquema planteado por José Pékerman en el mundial ha cumplido la función de volante neto de marca o “5”, esto implica quitar balones, ir al suelo si hace falta, ganar por arriba y por abajo y no dejarle ni un espacio libre a los jugadores rivales, todo esto lo ha hecho Sánchez durante el torneo mundialista, convirtiéndose en bastión y eje del equipo nacional, Carlos es un jugador que no despierta muchas pasiones en el aficionado nacional del común, ya que en Colombia no militó nunca en ningún club y tampoco se conoce si es hincha ferviente de alguno, es por esto que en general, es bien “aceptado” por los aficionados, su formación profesional se dio en Uruguay y quizá por eso es que imprime tanta garra en su juego. Cuando Jorge Luis Pinto lo llamó por primera vez en 2007 a la selección nacional era un perfecto desconocido que generó grata impresión al tener un brillante debut eliminatorio contra Brasil, siendo clave para Pinto, bajó su nivel en los siguientes partidos y eso le costó su puesto en el combinado nacional al llegar Eduardo Lara al equipo nacional. Cuando “bolillo” Gómez volvió a la selección confió en él y lo acercó al equipo, ya su labor se observaba con lupa y en inicios, generó críticas ya que para muchos no merecía estar en la selección, Gómez lo aguantó, le dio confianza y Sánchez le devolvió su confianza en la copa América de 2011 en la que jugó a un nivel altísimo y aún se recuerda el partido - Argentina en el que anuló por completo a Lionel Messi sin hacerle ninguna falta, sencillamente brillante estuvo Carlos Alberto esa noche. Al llegar Pékerman uno de los jugadores que “perdió” su puesto fue Sánchez ya que el preferido del DT siempre fue Edwin Valencia, pero Sánchez nunca bajó los brazos y estuvo presente en todo el proceso eliminatoria jugando cuando el DT lo requirió. Hoy con la ausencia de Valencia y a un nivel altísimo, Sánchez ve el premio a su constancia, honestidad y buen trabajo siendo titular indiscutido de la selección Colombia.

El caso de Abel Aguilar es diferente, quien actualmente es el volante mixto de la selección, es uno de los jugadores que pertenece desde hace tiempo al equipo, ya que él desde muy joven hace parte de selecciones Colombia, Abel lleva ya 10 años en la selección mayor y debutó en la misma con 19 años en la copa América 2004 en la que incluso marcó dos goles, al tiempo que cumplía funciones como capitán de la selección sub 20 con la que jugó dos mundiales (2003 y 2005). En sus primeros años era considerado la gran promesa del mediocampo colombiano pero al pasar al fútbol italiano, como dirían popularmente “se perdió del radar” y no volvería a vestirse de tricolor hasta el año 2008 de la mano de Eduardo Lara. En sus primeras presentaciones mostró mucha pierna fuerte e incluso lo expulsaron en algunas ocasiones por lo cual se ganó los títulos de “patadura”, “tronco” entre tantos otros que en su momento parecieron un poco justos pero no dejaron estar fuera de lugar, ya que Lara se la siguió jugando con Abel y el “bolillo” Gómez lo hizo de la misma forma, de esa forma, Aguilar se consolidó con el “8” de la selección, cumpliendo funciones como volante mixto hace varios años. Casi siempre se le critica a Abel pero mucho se siente su ausencia cuando no juega, Pékerman nunca dudó de él e incluso se dice que él es la prolongación del DT en la cancha, pues siempre se le ve mandando y dando indicaciones a sus compañeros, e incluso cuando no juega Mario Yépes uno de los elegidos para llevar la capitanía es Abel Aguilar, por esto insisto con que no se les haga extraño que cuando Mario de un paso al costado sea él quien herede la cinta de capitán en la tricolor, por don de mando, liderazgo y funciones tácticas que cumple, además porque llevo dicha cinta en la selección sub 17, en la sub 20 y la ha llevado por momentos en el actual grupo de la mayor.

Estos dos hombres son quienes dan el equilibrio a la selección en Brasil, callados fuera de la cancha pero leones que hablan, mandan, quitan y raspan en la misma. Son recios mas no bruscos, no son brillantes pero si efectivos y en parte gracias a ellos es que la defensa de la selección ha mostrado tan buenas cosas en Brasil. Su papel en el campo poco se reconoce pero es muy importante, ellos lo saben y por eso se alejan de los micrófonos y las cámaras, ellos hablan en la cancha.