Primero que todo permítame saludarlo capitán, y lo saludo usando el capitán porque es lo mínimo que usted se merece por tantos años portando el brazalete en la selección y por supuesto por tanto respeto y amor por la sagrada camiseta amarilla.

Le confieso que escribo estas líneas algo emocionado, porque usted capitán, o mejor Mario, ¿Le puedo decir Mario? Ha sido un ejemplo para todos en el país no solo por lo mostrado en el mundial sino por todo lo hecho a lo largo de los 15 años en que ha estado en la selección Colombia.

Tal vez usted no lo vea así Mario, pero permítame decirle que usted es quizá el capitán más icónico en toda la historia de la selección Colombia incluso por encima del mítico Carlos Valderrama, ¿Por qué yo? Podría preguntarse usted, simple, “El pibe” fue el capitán de una gran generación llena de triunfos en la que él era además el eje y jugador más mediático, mientras que usted ha sido el gran capitán de una generación más acostumbrada a los sinsabores que a las genuinas alegrías, además usted no es el jugador más mediático ni procura ser la figura entre sus compañeros sino que trabajó por y para el equipo siempre, sin lugar a duda un gran ejemplo para muchos jóvenes como yo que crecimos viendo a las selecciones Colombia de los años 2000, y con el respeto de su amigo y ex compañero Iván Ramiro Córdoba lo hemos tenido siempre como genuino líder y cara visible del equipo, su look particular con el pelo largo a modo de guerrero, su forma de entregarse en la cancha y su modo de hablar fuera de ella lo hicieron el lider que hoy es, pese a que Iván llevó tantos años la banda para muchos el capitán era usted, el lider y ejemplo a seguir era aquel central con la #3 en la espalda.

Usted Mario Alberto ha sido ejemplo también para todos en el país porque nos ha enseñado a nunca renunciar a los sueños, que vale la pena luchar una y otra vez por verlos cumplidos por más difícil que se muestre el camino, usted repitió una y mil veces que su mayor sueño como profesional era jugar un mundial de mayores y cayó en el intento tres veces pero nunca renunció, siempre volvió más fuerte y la última fue la vencida afortunadamente para usted y para todo un país que tuvo la fortuna de verlo a usted liderando a la tricolor en un mundial tras 16 años sin asistir. Sueño cumplido y por partida doble, el país vio de nuevo a la selección en un mundial y usted cumplió el sueño de jugar el torneo siendo líder y figura, tantas lágrimas derramadas en el pasado se ven hoy recompensadas por la profunda admiración de todos sus compatriotas.

En el mundial usted literalmente tapó las bocas de aquellos que venían criticándolo y ratificó por enésima vez la confianza de quienes siempre hemos creído en usted, cumplió su sueño y se entregó por él al máximo, poco importaron sus 38 años de edad que para muchos eran un obstáculo cuando inició el torneo. Usted demostró que la cédula no juega y dio sobradas muestras de liderazgo, temple y calidad en los cuatro partidos que disputó en Brasil. Durante el mundial alcanzó los 102 partidos vestido de tricolor siendo el segundo jugador que más veces ha vestido la amarilla en toda la historia, esto sin duda habla de su vigencia, amor y compromiso por equipo … ¡Y pensar que algunos lo tildaban de viejo! desconociendo el amor que usted ha mostrado siempre por el país, aguantó las críticas y las silenció hablando en la cancha, como debe ser.

Mario, además usted tiene el honor de ser partícipe del único título oficial de la selección en toda su historia, pero a la vez tuvo la gallardía de aguantar tres eliminatorias seguidas sin alcanzar el objetivo, de ver como sus compañeros se iban una y otra vez y usted de a poco se iba quedando solo mientras llegaban más y más jugadores nuevos, pero esto lo fortaleció y esta generación con la que usted jugó el mundial lo ve como un amigo, un padre y un capitán curtido por los años y con carácter como ningún otro, con este grupo hace unos años usted vivió una gran tristeza en la copa America, cuando usted creia que era su ultima selección y lloró de tristeza y amargura creyendo que se le iba el tren definitivamente, pero sus compañeros lo levantaron y lo respaldaron porque usted es su lider y su capitán, pero esas lagrimas lo fortalecieron una vez mas y es por eso que hoy día vive una inmensa alegría, por eso mil y mil gracias, por tener el caracter de llorar pero aun mas fuerte el caracter de secarse las lagrimas, seguir adelante y emprender un ultimo intento por el mundial, solo usted podia darnos ese ejemplo.

Hace algunos años un DT  lo señaló públicamente como un elemento disociador en el equipo, usted gallardamente calló y aguantó todo lo que se dijo además de verse obligado a abandonar por un tiempo la selección, ¡Ya imagino cuán duro debió ser duro para usted!, el tiempo dio la razón y usted terminó volviendo al equipo y desde el momento que usted volvió nadie le pudo sacar la #3 ni el brazalete de capitán, asi mismo nadie le discute desde aquel dia su importancia en los camerinos, la fuerza en las arengas que pudimos ver en un documental de TV y el inigualable liderazgo para levantar al equipo en los malos momentos y el reconocimiento en los buenos.

Tantas cosas le he dicho Mario y siento que aún quedan muchas por decir, pero todo se resume en un gigantesco y eterno GRACIAS… Gracias por tanto amor y respeto a la camiseta, gracias por siempre liderar a la selección y gracias por ser el mejor capitán posible para esta gran generación, sepa que el #3 y el brazalete de capitán tendrán un dueño eterno y que se sentirá un vacío enorme ahora que otro jugador empiece a usarlos sin desconocer los méritos que aquel jugador pueda llegar a tener, vacío como el que sentimos los más de 45 millones de colombianos al ver cómo le anulaban su gol en el juego contra Brasil, porque ese gol no solo significaba el empate parcial, sino porque era el premio más justo para un guerrero como usted, porque sepa Mario que todos disfrutamos este mundial pero nos faltó gritar un gol convertido por usted, ese suceso hubiera redondeado un mundial completamente perfecto para este país y usted hubiera cumplido algo quiza impensado, ¿Un gol mio en el mundial?, quiza usted en algunos sueños lo pensó, pero sepa que todos los colombianos lo pensamos y soñamos a medida que avanzaba el torneo, usted corriendo, con la #3 en la espalda, su pelo largo agitandose y todos sus compañeros rodeandolo y felicitandolo tal cual como contra Paraguay en la eliminatoria, usted no baila en los goles, pero ese grito suyo hubiera provocado miles de bailes y sonrisas en el pais, ese momento perfecto no lo quitó el juez central pero sepa que todos soñamos con vivirlo.

El final de su ciclo en la selección está cerca y todos tenemos que asumirlo, llegará el fin de una era marcada por el compromiso, la enjundia y la entrega, se va uno de los mayores IDOLOS en la historia del futbol colombiano, pero nace una leyenda porque usted Mario ya es una leyenda tricolor y debe sentirse como tal, al fin y al cabo se esforzó durante 15 años por darle alegrías a un país, lo mínimo es que el país le reconozca eternamente todo lo que usted ha hecho por él.

¡POR TODO ESTO Y MUCHO MAS ETERNAS GRACIAS MARIO ALBERTO YÉPES! ¡GRACIAS POR TODO, ÍDOLO!