¿Recuerdan esas épocas cuando un equipo llamado América de Cali ganaba los torneos colombianos y peleaba por la Copa Libertadores? ¿Ese que alcanzó a ocupar el segundo lugar en el mundo detrás del poderoso Juventus de Italia? ¿Aquel que alcanzó a Millonarios en estrellas en 2008 con una nómina conformada por jugadores actuales de la selección Colombia como Adrián Ramos y Pablo Armero? Bueno, nunca lo olvide, pues es lo único bueno que le ha pasado a este trágico y decepcionante club.

Cuando un club tan grande y ganador no es capaz de volver a la categoría que tantas alegrías y trofeos le dio es porque no existe ni siquiera un sentido de pertenencia, es porque hay intereses que no permiten que esta institución encuentre ese camino de gloria olvidado en el tiempo y prefieren verlo jugar contra equipos que ni siquiera tienen un estadio con capacidad para la gran hinchada ‘escarlata’.

La dirigencia de este América es la gran culpable de su propia creación, no lograron mantenerlo en primera y sí lo quieren sacar de la segunda dando la misma frase cada vez que aparecen en los medios de comunicación de “El América va a ascender” pero no son capaces de conformar una nómina fuerte y lo suficientemente capaz de conseguir un objetivo que otros oncenos de anteriores temporadas no les costaría nada de esfuerzo lograr, como las que tuvieron en los últimos 30 años.

Afectados son muchos, desde la afición que por más que acompañe y apoye en las tribunas no pueden hacer nada ante las múltiples fracasos del América que ayer completó tres años en la primera ‘B’ y sin poder despedirse de su público por las sanciones impuestas debido a algunos que no aguantaron otra campaña jugando el lunes en la noche, su horario en la segunda división para los partidos por la televisión.

Jugadores llegan y van en cantidades, muy pocos muestran buen nivel o por lo menos una pizca de disciplina ya que se han conocido casos de futbolistas del plantel envueltos en escándalos ajenos a la institución, y ni qué decir de los entrenadores, siendo un total de cuatro en menos de tres años, y fue a tal punto la desesperación que tuvieron que resucitar al polémico Luis Augusto García que poco o nada pudo hacer en los seis partidos que dirigió.

Estadio remodelado, afición en cada rincón de Colombia, una historia hecha de trofeos y ser catalogado como uno de los ‘grandes’ del continente, todo eso queda rebajado a ver un equipo de segunda jugando en un torneo que de a poco lo va acomodando cada vez más en su lista de inquilinos habituales viendo pasar a los demás subiendo y sin haber tenido que ganar trece campeonatos, vean a los recién fundados Uniautónoma, Fortaleza y Jaguares.

Este diablo vive en el infierno que no quería y ahora no puede salir, pero si existiera un poco de amor, cariño y respeto por una camiseta que hace falta entre los equipos de primera se podría ver de vuelta a esa ‘mechita’ cuya pólvora daba para jugar lo que quisieran sin rival que se atravesara y partidos de esos memorables que por ahora siguen en la memoria de sus hinchas.