Juan Carlos Osorio tendrá que ser fuerte mentalmente. Perdió los últimos cuatro compromisos como visitante, y ahora tendrá que jugar el partido más importante de su carrera como director técnico a domicilio, y no en cualquier estadio, en el Estadio Monumental de River.

Si Atlético Nacional entiende que errores cometió en la ida, tendrá mayores probabilidades de llevarse el título de la Copa Sudaméricana. Los errores que cometió no le permitieron ganar el partido por una diferencia más amplia, y por el contrario tener que ir a El Monumental a sacar mínimo el empate para jugarsela en la prorroga, o en su defecto, el punto blanco del penal.

Nacional no mantuvo el ritmo

Los autores de los dos tantos del partido. Foto: El Comercio.

Los primeros minutos de Atlético Nacional fueron magnificos, tuvo contra las cuerdas a River, lo que le faltó en esos primeros minutos fue efectividad. Las bandas fueron penetradas satisfactoriamente. Ni Vangioni ni Mammana pudieron frenar a Berrio y Copete, quienes ponían el balón en el centro del área constantemente para que Ruíz definiese, algo que no pasó. En la primera que Berrio hizo individual, la metió adentro de los tres palos. Tuvo la opción de volver a confíar en Ruíz, pero confió en él mismo y sorprendió con un potente disparo que venció a Barovero.

Nacional no logró mantener su ritmo de juego a lo largo del partido.

El gol de Berrio llegó en el minuto 34 de partido. Hasta ahí River no había comenzado a jugar el partido, y Nacional estaba llevandoselo por delante, futbolísticamente hablando. Los riverplatenses no lograban reaccionar ante ninguna situación que le planteó el club verdolaga. Una, máximo dos ocasiones tuvo River en todo el primer tiempo, contra unas diez o doce que tuvo Nacional. Sin embargo el gol de Nacional le sirvió más a River que al propio club paisa. Después del gol llegó la relajación, y no la ambición de seguir ampliando la diferencia. En los últimos minutos del primer tiempo se vieron los últimos destellos de domininio verdolaga en todo el partido.

Un segundo tiempo muy distinto al primero para ambos equipos. Más para Nacional que para River.

Ya en el segundo tiempo la historia fue distinta. Fue un partido mucho más disputado, sin que ninguno de los dos propusiera mucho. Cuando un equipo baja el nivel de esa manera, lo más predecible es que va a encajar un gol, y así fue. Sin merecerlo, River empató el partido por medio de Leonardo Pisculichi. Un zurdazo de media distancia que Armani, que hasta ese momento poca participación, no pudo desviar. Era un mísil, y no de los que hay en la guerra. Al mejor estilo del brasileño Hulk, o su compatriota Roberto Carlos.

El partido culminó así, 1-1. Con un Nacional arrepentido de no haber concretado todas las oportunidades que tuvo, y con un River feliz de haber salido con vida del Atanasio Girardot.

Identificar los puntos débiles de River

Cuando a River se le salió a proponer juego, a todo el plantel se le vio nervioso. Es algo a lo que no están acostumbrados. Todos ven a River como el temido River Plate por la cantidad de partidos que ha ganado, y por su temido plantel; eso sin contar la gigantezca historia del club. Gallardo no supo bien como contraarrestar esta situación, y esto le pudo haber costado el título, pues fácilmente River pudo haber salido goleado del Atanasio Girardot.

Las bandas de River son fáciles de penetrar en superioridad númerica, e incluso en ocasiones en igualdad.

Mammana sufrió la picardía de Copete, que se aprovechó de la juventud e inexperiencia del lateral de 18 años. Sin embargo, en la vuelta ya estará Gabriel Mercado, y como misión principal tendrá no dejarse ganar la banda como pasó en la ida. Sin embargo Atlético Nacional también puede aprovechar que el lateral está predispuesto a cubrir la banda e intentar penetrar el espacio que hay entre Mercado y Pezella o Maidana, el que juegue de los dos.

Los espacios que hay entre el lateral y el central. Foto: Captura de pantalla.

Si a River Plate no se le dejan espacios para jugar, todo se le complica.

Si a al tridente ofensivo de River conformado por Gutiérrez, Pisculichi y Mora se le dejan pocos espacios, sus probabilidades de marcar goles disminuye considerablemente en comparación a cuando los defensores y volantes les dejan angulos de tiro. Esto fue lo que pasó en el gol de Pisculichi. Bocanegra, Henríquez, Murillo y en su momento Bernal estuvieron muy aplicados en la marca de los atacantes de River, recuperando rápidamente la pelota para lanzarse al contragolpe.

Gutiérrez, Pisculichi y Mora con pocos espacios. Foto: Captura de pantalla.

En la imagen se observa una jugada que inicia con la recuperación de River en defensa, Pisculichi da un pase largo a Teo, quien se complica con Bocanegra que le cierra absolutamente todos los espacios. Esta jugada culmina con una entrada limpia de Bocanegra y un contragolpe de Nacional.

El gol de Pisculichi de media distancia. Foto: Captura de pantalla.

El gol de Pisculichi se generó de un remate de media distancia, la única manera de penetrar la ferrea defensa de Nacional.

En esta jugada, Pisculichi dispara con más espacio. Sin embargo, hay varios jugadores de Nacional que quedan mirandolo. Aquí se observa como ya eludió a un rival que queda atrás de él, y otros tres pudieron haberlo bloqueado rápidamente. Sin embargo, no contaban con su astucia, y con su zurdazo. Esta fue la única manera en la que River pudo hacer el gol, de media distancia. Ahí quedaron espacios con la inclusión de Guerra por Bernal.

E indentificar los puntos fuertes también

Ramiro Funes Mori no se la dejó fácil al equipo paisa. Hubo muchos centros que el central argentino interceptó, y por el centro era casi imposible proponerle juego. Es muy joven, pero es un gran central. Por algo le ganó el puesto a otro gran defensor como lo es el colombiano Éder Álvarez Balanta. Funes Mori no dejaba muchos espacios entre él y el lateral, esto también por la colaboración de Ponzio. Tiene aptitudes ofensivas, que no pudo explotar en la ida, pero que en su casa se puede esperar que arriesgue más.

La inclusión del mediocampista Matías Kranevitter en los últimos minutos del partido, le dio a River el control casi total del balón. Nacional la tuvo pocas veces, y un tanto desesperados por ir por el gol de la victoria. Este mediocampista argentino venía de una larga lesión, pero aun así se lució en el partido frente a los verdolagas. Tiene grandes aptitudes ofensivas y defensivas. Le ayudó a River a ganar cierto control sobre Cardona, que había ganado todo el control a Sánchez y Ponzio. Tiene posibilidades de jugar como inicialista en la vuelta.

Nacional tendrá que tener más compromiso en el marcaje a Pisculichi, esto debido a que después de la salida de Bernal no hubo apoyo por parte de esta primera línea de mediocampos con la defensa en los contraataques de River Plate. En la acción del gol, no hubo un jugador como Bernal que hubiese cometido la falta, que hubiese convenido mucho. Además de no darle espacios a los que definen, también hay que recortarle espacio al que arma el juego.

Irrespetar a River en El Monumental

Hay que guardar respeto por el rival siempre, y más cuando es River Plate. Pero un respeto no competitivo, sino respeto de sana competencia. Osorio tendrá que ir a jugarsela. Como dijo Alfredo Di Stefano: "Las finales no se juegan, se ganan." Si Atlético Nacional quiere un triunfo en este mítico estadio tendrá que salir a ganarle a River en todos los aspectos. Será difícil, porque cuando los hinchas riverplatenses se lo proponen, pueden hacer de su estadio un verdadero infierno para los visitantes.

El Estadio Monumental para nadie es fácil, nisiquiera para el club que tiene la localía en este estadio, el Club Atlético River Plate. La presión y la tensión es gigantezca. Los jugadores han intendado mediante sus declaraciones apasiguar, asegurando que "el miércoles El Monumental será una fiesta" y que "en casa se hacen más fuertes".

River es un equipo joven relativamente, por lo que también habrá cierto nerviosismo por parte de los locales.

Nacional tendrá que ser los 90 minutos que restan el Nacional que fue los primeros 35 minutos de esta serie. Ese Nacional que propuso y dominó a River en ataque y en defensa. En una final es vivir o morir. En esta final será proponer juego o morir. Nunca hay que salir a defenderse en una final, estés de local o de visita. Menos en El Monumental, en donde River se tiene muchísima más confianza. Al fin y al cabo, hay dos maneras de perder: perder defendiendote y esperando que el rival haga lo mismo, o perder arriesgando y tener mayor probabilidad de ganar y de perder.

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