Si bien los 'cafeteros' había ganado en la primera fecha, el fútbol mostrado fue muy pobre y por ello, la obligación de ganar y gustar estaba latente al momento de enfrentar a un Real Cartagena dolido y con ánsias de victoria, con el objetivo de recuperarse tras la dura derrota sufrida por 3-0  ante Cúcuta. 

El planteamiento táctico de Juan Eugenio Jiménez varió. Tres cambios y un dibujo en el campo con una línea de cuatro defensas, tres volantes y tres delanteros. Yesus Cabrera, hacía parte de esta trio, pero se movió entre los delanteros de área Diego Álvarez y Wilmer Parra. 

Dominio 'heroico' en principio de la primera parte

El equipo 'auriverde' salió a tocar y a mover la pelota. En principio mostraba profundidad y la respuesta de Quindío era tardía. Jugaba y ataca el Cartagena. 

La salida de Quindío era bloqueada por los dirigidos de Jiménez. Los 'cafeteros' se vieron obligados a dividir la pelota y por ello, las perdidas en salida eran su constante; pero no lo sería por mucho tiempo. 

Bipolaridad 'Real' 

De ganar balones por imprecisiones rivales, Real Cartagena pasó a caer en el limbo. El cambio de aspecto del equipo fue impresionante. Desde los 20 minutos del primer tiempo, Quindío empezó a subir sus líneas, la salida de Real era nula gracias a la presión del rival. La pesadilla que se vivió ante Cúcuta, parecía estar en el horizonte. 

Los jugadores del conjunto 'heroico' se diluían poco a poco. Yesus Cabrera perdido, la medular completamente desordenada y los delanteros poco podían hacer.  ​Con esto, la primera parte terminada 0-0. 

La caída de la muralla 'heroica' y el toque al cielo quindiano

Con el mismo desorden con que salió el equipo al final de la primera parte, ingresaba en el segundo tiempo. Por ello, al minuto 48, Mosquera facturó a favor de Quindío. El centro a merced de ariete 'cafetero', que apareció ganando la espalda de Juan Galicia. Cabezazo cruzado y adentro. La diana rompía con el pacto de no agresión y empezaba a destruir toda ilusión cartagenera. 

Sin embargo, al minuto 63, el colegiado pitó penal a favor del cuadro 'auriverde' por mano de Palacios, en el área. Salinas fue el encargado de ejecutar y el cuero fue el palo. Así mismo, contra la madera chocaban las aspiraciones de este equipo. 

Real Cartagena empezó a subir las líneas. Zona centro para posicionar la defensa y buscar profundidad. Esto último lo hicieron los jugadores solo en su mente, en el campo nunca se observó. Al minuto 78 de partido, Wilson Carpintero, aumentó la ventaja. El desborde por derecha de Castillo, el centro raso por el área, que 'El Pájaro' solo mandó el pase al fondo de la red. Subía la diana al marcador, 2-0 para Quindío, y al piso se iba la muralla 'heroica'. Aguantó hasta donde sus soldados conservaban la utopía de ascender a Primera División. 

Las acciones continuaban y al filo de cumplirse el tiempo reglamentario, Real Cartagena descontaba gracias al autogol de Barreiro. Para un resultado final, 2-1 a favor del Deportes Quindío. 

El último suspiro se ha consumado para Real Cartagena. Un equipo que pasó sin pena, ni gloria, que mostró un fútbol frágil y sin contundencia. Ahora, se despide de ascenso. Y deberá enfrentar la temporada que viene, en la Segunda División. Mientras, Quindío, en la última fecha se juega la carta más importante, la tercera oportunidad para ascender directamente al pedestal del balompié colombiano, la Primera División. 

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