En su visita al estadio Palogrande, Nacional protagonizó el partido de la fecha al igualar a tres tantos con el Once Caldas, equipo que tuvo las mejores opciones pero que, debido a la impetuosa remontada de su adversario, debió conformarse con el empate conseguido en los últimos minutos para sumar aunque fuese un punto a la tabla de posiciones. 

La imprecición reinó en un juego donde las chances de gol abundaron, en contravía de la escasa calidad en definición. Fueron dos las llegadas de las que dispuso el conjunto albo antes que Pablo Velázquez, en su afán por colaborar en defensa, derribara en el área a un rival y Ulises Arrieta concediera el penalti. Sebastián Penco superó el esfuerzo de Camilo Vargas y abrió el marcador con un disparo raso al palo de la mano derecha.

Pasaron solo tres minutos y la reacción del Verdolaga se adueñó de las acciones del duelo, aunque no se pudo manifestar en el tanteador. Primero fue Rodin Quiñones quien, en un desborde endemoniado, estrelló el balón en el travesaño; la jugada continuó y, tras un centro de Sebastián Pérez que se encontró con el brazo de Jonathan Lopera, el ariete paraguayo al servicio del cuadro antioqueño desperdició el uno a uno desde los once metros.

La última oportunidad en la primera manga la tendría el onceno local gracias a un pase al vacío que César Arias buscó definir con una vaselina, pero el guardameta capitalino adivinó su intención y despejó el balón. Para el segundo tiempo, Once Caldas saltó al campo decidido a asegurar el triunfo, aumentó la intensidad y, después de malograr cuatro aproximaciones, afinó la puntería con la zurda de Jonathan Álvarez y facturó quizá la única anotación estética del partido. Diagonal, control y definición al palo contrario.

Un disgustado Juan Carlos Osorio había ya echado mano de sus variantes, dando entrada a Yulián Mejía y a Luis Carlos Ruiz minutos antes de que el contrincante aumentara el resultado. Lo que no hizo fue clarificar las ideas. Un simple ''no arranquen desde tan atrás'' bastó para que los recién ingresados tradujeran las indicaciones de su entrenador al terreno, poniendo a Nacional de nuevo en la disputa.

El encuentro se dividió en un antes y un después, algo así como un Antiguo y Nuevo Testamento, donde el Espíritu Santo se posicionó sobre Mejía y le permitió iluminar a sus compañeros. Por medio de un borbollón en las cinco con cincuenta, un tiro penal y un autogol de Marlon Piedrahita, el 'Verde de la Montaña' revirtió el marcador a diez minutos del pitazo final. Doblete de Ruiz, con incidencia directa del número trece en las tres jugadas de gol.

Para desencanto del Míster y de la afición nacionalista, José Moreno encontró la igualdad de la escuadra manizalita cuando el réferi pensaba ya en cuánto tiempo dar de adición. La complicidad de la zaga paisa no solo facilitó el trabajo de Once Caldas y opacó la eficacia ofensiva de sus compañeros en los últimos 20 minutos, sino que dejó en evidencia las limitaciones puntuales que tanto punto le quitan a Nacional y que tanta cana le sacan a Osorio.