Hablar de la 'época del Dorado' en Millonarios, es recordar la mejor plantilla que tuvo el conjunto embajador en su historia. Es hablar de varios títulos nacionales, en los que dominaba a cualquier equipo que se atreviese a retarle. Es hablar de nada más, y nada menos que de Alfredo Di Stéfano, el mejor jugador que pasó por el Fútbol Profesional Colombiano en toda la historia.

El 18 de junio de 1946 era fundado Millonarios, pero sin duda, los años más emblematicos de este club tienen que ser los años entre 1949 y 1953, la denominada 'época del Dorado', en la que se empezó a escribir la historia de uno de los mejores clubes de Colombia.

La pederneritis

El 10 de junio de 1949, llegaría a Colombia el jugador argentino Adolfo Pedernera. Desde el momento exacto en que se anunció que se incorporaría a los albi-azules, ya era un ídolo total para la hinchada de ese equipo, que para esos días estaba próximo a celebrar su tercer año de fundación. 

Desde ahí, se empezó a desatar una pedernitis, creada por la prensa colombiana, que se había encargado de difundir el nombre de este jugador desde que en la Copa América de 1947, Pedernera había sido figura en el partido en que Argentina goleó 6-0 a Colombia. Esto, sumado a su paso arrollador por River Plate, que fue el mejor equipo de los 30's y los 40's.

Adolfo Pedernera debutaría el 25 de junio de ese año, en un Campín que estuvo a estallar, con un lleno total de 25.000 espectadores. En aquel partido, ayudó a derrotar al Deportes Caldas Club con un marcador de 3-0. Ese día, Millonarios no solo ganó, sino que le mostró a 25.000 personas un fútbol mágico, con el que no solo se ganaba, sino que brindaba espectaculo.

Después de ese partido, Pedernera se encargó de llevar para Millonarios a sus antiguos compañeros de River Plate, Néstor Raúl Rossi y Alfredo Di Stéfano, completando así, una plantilla exorbitante.

Primer título (1949)

Millonarios era, sin duda alguna, un equipo distinto a lo que los colombianos estaban acostumbrados a ver. A Adolfo Pedernera, le llamaban El Maestro, a Valeriano López le apodaron Tanque de Casma, y a la figura del equipo, Alfredo Di Stéfano, La Saeta Rubia, "saeta" por su gran velocidad, y "rubia" por el color de su cabello.

Esta nómina era tan dominante, e imbatible, que según don Alfredo, aplicaban la estrategia del "cinco y baile", que se basaba en no humillar al oponente en marcador; cuando ganaban por cinco goles, empezaban a tocar la pelota entre ellos mismos. Esta estrategia fue aplicada en nueve partidos consecutivos en una ocasión.

Los Embajadores ganaron 17 partidos seguidos, que fue un récord nacional, y sumaron 20 fechas invictos. Solo perdieron en la última fecha, lo que los obligó a jugar un desempate frente al Deportivo Cali, que sumó, al igual que los bogotanos, 44 puntos. Se jugó un partido de ida, y otro de vuelta. El primero fue en Santiago de Cali, en un partido que terminó 0-1 con gol de Pedernera. La vuelta fue en Bogotá, y el partido terminó 3-2, en donde Alfredo anotó el primer gol para los albi-azules. Así, Millonarios ganaría el primero de los muchos títulos nacionales que alcanzó.

Segundo título (1951)

Tras acariciar el bicampeonato en 1950, siendo subcampeones, Millonarios salió campeón en 1951 con un dominio impresionante sobre los demás equipos. Con 28 partidos ganados, 4 empatados  y 2 perdidos, los capitalinos sumaron 60 puntos, superando por una ventaja de 11 puntos al segundo. En aquella campaña, Adolfo Pedernera asumió el papel de director técnico del equipo, pero siguió siendo jugador. El equipo dirigido por El Maestro, anotó 98 goles, de lo cuales 31 fueron anotados por la máxima figura del club, el argentino Alfredo Di Stéfano.

Tercer título (1952)

Todos los estadios de Colombia se llenaban a donde Millonarios fuese a jugar. Nunca se ha visto algo igual en el FPC con un equipo. Con un Di Stéfano brillante, siendo, de nuevo, el máximo goleador del campeonato con 19 goles, el Ballet Azul volvía a ser campeón, siendo así, el primer bicampeón del FPC. Desde ahí, todos empezaron a respetar a Millonarios. No solo en Colombia, sino en el mundo.

Los dirigidos por Pedernera, vencieron en veinte ocasiones, empataron en seis y perdieron en dos partidos.

Los Embajadores de Colombia

Sin duda alguna, Millonarios era el mejor equipo de Sudamerica en la 'época del Dorado'. Incluso, algunos decían que era el mejor equipo del mundo. Esto quisieron probarse, aceptando multiples invitaciones de equipos internacionales. No solo sudamericanos, sino también europeos. Di Stéfano tendría la oportunidad de mostrarle a todos que tenía como ser reconocido por todos como el mejor jugador del mundo.

Gracias a grandes partidos de don Alfredo, en los que anotaba o jugaba de manera magistral, Millonarios logró vencer a equipos como el Hungarian de Budapest, el mejor equipo de Hungria, y uno de los mejores de Europa, y varios clubes uruguayos, argentinos, brasileños, entre otros.

En 1952, fue invitado para jugar un torneo en conmemoración de los 50 años de la fundación del Real Madrid. Ahí, en El Chamartín, todos supieron quien era Alfredo Di Stéfano. Primero, los azules vencieron al Porto de Portugal por 2-1, y finalizaron venciendo a los locales por 2-4, con un doblete de Alfredo. Todo El Chamartín aplaudió a este maravilloso equipo colombiano. En ese partido, La Saeta logró cautivar a los aficionados y al presidente del Madrid, Santiago Bernabéu.

Hasta que Di Stéfano no fue subcampeón de la Pequeña Copa del Mundo con Millonarios, no iniciaron las negociaciones ddirectas entre los albi-azules y los merengues.

Hasta siempre, don Alfredo

Finalmente, Alfredo Di Stéfano abandonó Millonarios, para, supuestamente unirse al Real Madrid. Por problemas con River Plate y el Barcelona, La Saeta tuvo que jugar varios meses en el conjunto catalán, para después cumplir su sueño: jugar en el Real Madrid. 

Así, finalizó el paso de una leyenda que estará por siempre en la memoria de Colombia, y del mundo entero. Es un honor que en las biografías del primer mejor jugador del mundo, aparezca que jugó por varios años en la liga colombiana. No hay que ser, ni siquiera, hincha de Millonarios para sentirse orgulloso de ello

En 171 partidos oficiales, La Saeta contribuyó con 131 goles, una cifra muy grande para esa época del fútbol.

Hasta siempre, don Alfredo.