Con victorias sobre Bahrein (6-0) y Kuwait (3-1), Colombia cerró su primer microciclo del 2015, el más controvertido desde que José Néstor Pékerman está al frente de la dirección del cuadro cafetero. El inconformismo popular frente a la designación de los rivales, sumado a las opiniones de unos y otros, terminó por adueñarse del foco de interés, donde siempre debe posicionarse lo netamente futbolístico.

En cuanto al juego se refiere, la actuación de la selección estuvo acorde a las exigencias de los adversarios y, si bien el dominio en el segundo amistoso no fue tan atenuante como en el primero, la respuesta de la Tricolor ante una situación inesperada, como lo fue el empate de los kuwaitíes, confirmó el potencial de un grupo de trabajo que, a dos meses y medio de la Copa América, dejó más argumentos que interrogantes para el análisis.

Partiendo de la intención de rescatar lo positivo de lo negativo, he aquí los detalles más relevantes de ambos encuentros:

1. Los goles de Radamel Falcao, quien llevaba casi un mes sin ser titular en el Manchester United, y de Adrián Ramos, el relegado del Borussia Dortmund, quien contando sus dos actuaciones en el presente año en Bundesliga solo ha sumado quince minutos. Como delanteros están expuestos a la evaluación basada en sus anotaciones y, sin el respaldo de la continuidad por parte de sus entrenadores, el desenlace lógico es que el jugador pierda la confianza, y es aquí donde considero que más se justifica la elección de los rivales para estos amistosos.

Falcao, del banco del United al pico en la lista de goleadores históricos de Colombia. Foto: @marca

Por las declaraciones de Pékerman y de los integrantes de la Federación Colombiana de Fútbol, el objetivo principal era recuperar el ritmo de varios de sus jugadores y, aunque no es algo definitivo, pues Falcao y Ramos de seguro regresarán al banquillo en sus respectivos clubes, el protagonismo que reciben en un ambiente reconfortante como lo es el de la Selección juega a favor del estado anímico del futbolista. El goleador puede conservar su destreza y su apetito intactos, pero si no marca y no se siente respaldado por su equipo, las condiciones se subordinan a la inseguridad, al comentario negativo y al desorden en su mente.

2. El exitoso debut de Darwin Andrade, lateral izquierdo del Standard Lieja, que llegó a reforzar una zona donde Pékerman, en el mejor de los casos, puede disponer de un Pablo Armero falto de ritmo o de alguno de los laterales derechos con perfil forzado. El hincapié en el rendimiento del jugador chocoano no desmerita lo hecho por Andrés Rentería y Johan Mojica o la simple convocatoria de Rafael Santos Borré, cuya explosión en el rentado local respalda lo visto en el Sudamericano Sub 20 e invita a que, al igual que lo hizo José Néstor, los colombianos confiemos en un recambio sustentado en el trabajo de las divisiones inferiores, independiente de la circunstancia o de la posición que se requiera.

3. La contudencia lograda en un microciclo que superó con amplitud los registros de su más inmediato referente, el par de amistosos disputados frente a Estados Unidos y Eslovenia en noviembre del año pasado. Los nueve tantos, convertidos por siete integrantes del seleccionado, sentenciaron el recelo que a priori se generó por dos partidos que presentaban dos contendientes de mucho menor calibre y que, en definitiva, daban pie a predicciones peyorativas, del tipo ''¿cuánto va a golear Colombia a ese equipo?''. Misma expectativa se produjo al enfrentar a Canadá o a Túnez, eso sí, sin el mismo resultado.

4. El factor Bocanegra, derivado de un futbolista de la liga nacional que, por renombre, categoría y experiencia, sería suplente en una 'formación ideal' de la Tricolor, bajo la sombra de jugadores con recorrido internacional como Camilo Zúñiga y Santiago Arias. Mas el polifuncional tolimense, titular en ambas presentaciones, ofreció a su estratega, además de proyecciones ordenadas y disciplina táctica, la opción de desempeñarse como zaguero central en una eventual línea de tres, que involucra la salida del lateral izquierdo, como bien se pudo observar durante los amistosos, y que representa una ventaja, tanto para Daniel como para la zona defensiva, cuando de cubir espacios de trata.

Medina, de nuevo con la de mayores. Foto: @futbolred

5. La segunta oportunidad para Stefan Medina, a quien un semestre le fue suficiente para convertirse en figura del fútbol mexicano y que aguardaba por el respaldo de José Pékerman para representar a la Tricolor tras el 3-3 frente a Chile en octubre de 2013, donde la exigencia del rival, el contexto del partido y la complicidad de sus compañeros influyeron en los que quizá hayan sido los peores 45 minutos de toda su carrera. El defensa antioqueño tuvo acción en el cierre del juego ante Bahrein y, de paso, se volvió otro argumento para creer en la renovación de la zaga cafetera; un proceso que ya cuenta con Jeison Murillo y Pedro Franco como abanderados.