¿Qué le pasa a este Nacional?, ¿Por qué gana tan brillantemente algunos partidos con rivales medios y pierde tan mal contra los chicos?, ¿Por qué Osorio muestra incoherencias dirigiendo un partido y luego excusándose en las ruedas de prensa?, ¿Nacional tendrá un futuro final desastroso o habrá un punto de inflexión hacia la gloria?.

Todas esas preguntas son planteadas por este columnista y por muchos hinchas de Nacional, preguntas que lamentablemente no tienen respuesta y que solo el tiempo las dirá una por una.

Es tanto el desconcierto que hay en el verde que algunos aficionados se bajaron del bus verdolaga al ver tanta irregularidad de un equipo que pareciera escoger partidos para jugarlos, y otros que se mantienen en el bus esperando los dichosos milagros que ya se han presentado con este Nacional de Osorio, logrando ganar campeonatos durante un proceso con muchas dudas y dificultades.

Lo que si es claro es que Nacional es un equipo de raticos, especialmente chispazos de primeros tiempos que no son suficientes para ganar un partido y que pareciera que ni el DT ni los jugadores han podido entenderlo. El primer tiempo del triunfo 2-0 contra Tolima fue el mejor que ha hecho este equipo en el 2015 y tal vez desde el tricampeonato, pero con un segundo tiempo pobre y sin ímpetu ante un equipo pijao que de todos modos no fue capaz de remontarlo.

Otro primer tiempo notable fue contra Barcelona en el Atanasio donde perfectamente pudo haberlo goleado pero al no hacerlo creyeron que el 1-0 los iba a achicopalar hasta que ocurrió lo que sabemos. Y ni hablar del primer tiempo de la final de ida de la Sudamericana ante River donde el aparecer nació el germen de creer que los partidos se ganan solo en 45 minutos.

Juan Carlos Osorio ha sido un técnico brillante, el encargado de revolucionar a un Nacional que ganaba títulos cada 4 años a ganarlo cada 6 meses. Sin embargo, pareciera haber vuelto a sus andanzas de sus primeros dos semestres al frente del verde, con una rotación más viva que nunca y sumado a jugadores jugando en posiciones distintas a las habituales.

Y ni hablar de los discursos en ruedas de prensa del entrenador risaraldense que cuando pierde es porque casi siempre "se equivocó escogiendo el equipo" y son los mismos 20 tipos de cada 8 días. Su última perla fue la razón del cambio de Armani que supuestamente no fue por sus errores en los 2 goles del Chicó sino porque venía mal fisicamente, ¿entonces Armani por qué diablos fue titular si venía mal?. Inentendible...

Todo lo anterior se puede resumir perfectamente la campaña 2015 de este Atlético Nacional que gana muy bien y pierde muy mal, que juega como el Bayern Münich de Pep Guardiola por 30 minutos y luego como el Quindío de Miguel Prince, que gana y pelea con los grandes y pierde con los chicos, etc.

Osorio podrá responder que ni el mismo Bayern Münich puede jugar a la misma intensidad por 90 minutos y es cierto, pero ser intenso en 30 o 45 minutos tampoco es suficiente. Sería todo mejor como lo era el Nacional del tricampeonato que casi siempre jugaba intensamente entre 60 y 70 minutos, mientras que en el resto del tiempo era dueño de la posesión del balón o tenía una defensa que cerraban bien sus espacios y juego aéreo, cosas que ya no se ven ahora.

Con todo y eso, Nacional sigue en los 8 porque con sus chispazos de fútbol le ha alcanzado para ganarle a varios equipos del rentado y además sigue vivo en la Copa, así que no sería nada raro que el verde perdiera 3-0 con Cortuluá y luego gane 5-0 a Estudiantes en La Plata, porque la bipolaridad de este equipo es tan inmensa que cualquier cosa puede pasar.