Millonarios visitó la tarde de ayer al Atlético Huila en Neiva en búsqueda de tres puntos que lo dejaran más cerca de la clasificación y del liderato de la tabla. Infortunadamente no logró lo dicho, sino que empató a dos goles sobre el final del partido, y todo por como dicen popularmente, parquear el bus en su área.

Algo para resaltar de Ricardo Lunari al principio: la habilidad de acomodar una nómina con lo que tenía, pues con bajas por lesión y sanción, puso a Henríquez de lateral por derecha, con buen rendimiento. Cambiando a Robayo y Silva de posición para poner a Villarreal de cabeza de área, jugando con un solo 10 neto.

Las acciones del juego comenzaron a favor del local, pues Millonarios entró desconcentrado al campo de juego, tanto así, que segundos después del pitazo inicial, ya Huila había rematado al arco de Vikonis, quien fue la figura del encuentro.

El juego era a favor de Huila y los de Lunari solo se defendían, y de vez en cuando, lograban recuperar la pelota, pero con malas entregas, se la cedían al rival al momento y le daban vida para abrir el marcador.

Millonarios poco a poco fue despertando y pisando el área del rival, tanto así que consiguió un córner tras una jugada de Tello. Centró el Pocho, nadie la tocó y le quedó a David Silva para rematar y abrir el marcador. 25 minutos y ya los embajadores ganaban, solo les quedaba defenderse con el balón y guardar el resultado hasta el medio tiempo, pero no. Todo lo contrario. Le dieron el balón a Huila y luego de un mal regreso de la defensa y mala ubicación de los pocos en el área, Ferreira le bajó un balón a Cano, quien definió solo con Vikonis.

Seguían los mismos errores de siempre. Los retrocesos, la mala ubicación de los jugadores en el área, y, que te cebecee en el área el jugador más pequeño de la cancha (1.66cm), teniendo centrales de la talla de Henríquez, Román y Díaz (todos con más de 1.80cm), estás muy mal en realidad.

Para el segundo tiempo, las cosas no cambiaron. Los locales dominaban y Millonarios defendía. Con el 1-1 en el marcador, los visitantes lanzaban pelotazos para que Tello o Agudelo los recogieran en punta. Con ellos dos, llegó el segundo grito embajador de la tarde. Pase de Tello a Agudelo en profundidad, que logra rematar y marcar.

1-2 en el marcador, minuto 48 fue la hora de parquear el bus. A partir de ahí, se contaban solo llegadas y llegadas de los opitas. Gracias al uruguayo Nicolás Vikonis, no entraron varias ocasiones de gol.

Sobre el final, luego de tanta gente en defensa y cometiendo tantas faltas cercanas, llegó el empate a dos. El balón golpea la barrera y tanta gente azul en el área y nadie llega a rechazar el balón. Falla la ubicación en el área. Ahora, tras el empate, más faltas y llegó la expulsión de Mosquera. Cometió falta, se ganó la amarilla, le protesó al árbitro y se ganó la roja. Acto muy infantil del Leticiano. Así finalizó el encuentro.

Algo para destacar a favor de Millonarios en este encuentro fue la efectividad. Pues tuvo tres remates al arco, de los cuales dos terminaron con gritos de gol; y lo que hay que mejorar es lo anteriormente dicho: la defensa. Con Lunari no se ha visto un buen proceso defensivo desde que llegó, dedicarse a defenderse dándole buen trato al balón, y no parquear el bus durante todo el segundo tiempo, y por último, corregir la actitud de los jugadores, pues en los últimos dos duelos, han salido dos jugadores expulsados (Machado y Mosquera), dejando al equipo con uno menos en momentos vitales para el equipo, como lo son los minutos finales y los embajadores debían remar contra la corriente.

Ahora, lo que le queda a Millonarios es reacomodar su equipo y aprovechar este descanso que tendrán en Liga para recuperar su gente, pues su partido frente Alianza Petrolera, fue postergado y tendrá este fin de semana de descanso futbolístico.