Es admirable el ímpetu con el que arrancó Medellín esta noche en el Atansio Girardot. Parecía que se jugaba una instancia definitiva o un cupo a un torneo internacional. Y es que los partidos frente al Deportivo Cali hace rato dejaron de ser un partido más y ahora el hincha rojo le aguarda una fecha especial, como se vio reflejado en ambos recibimientos al equipo esta noche. Calidad, esfuerzo, compromiso, alma, corazón y vida, todo esto expresaron hoy los dirigidos por Torres en la cancha, y los fieles en la tribuna.

Es verdad, desde muy temprano se cometió un error típico del semestre pasado. La marca en la pelota quieta ha generado varios dolores de cabeza para Hernán Torres, y aunque ha sido definitivamente mejorada no puede descuidarse en la práctica. Como agua entre los dedos se fue el título del torneo anterior y esto fue uno de los causantes. 

Sin embargo, el 'poderoso' supo conservar la calma y buscar incisivamente un espacio por el cual viniera el empate. 72% de posesión de balón demuestra el dominio de este equipo, su superioridad, la armónica entre sus jugadores. La línea de tres volantes ofensivos se supo conectar bien con la primera línea del mediocampo, pero a la hora de marcar el último pase o de encontrar un lugar desde donde rematar a puerta, la tarea se hizo más complicada; en parte por la labor excesivamente defensiva que cumplieron la mayoría de jugadores visitantes, que se olvidaron por completo del arco de Silva. Acá es importante plantear la reflexión sobre si es más conveniente jugar con dos delanteros o solo con uno, ya que Caicedo en los últimos partidos se ha visto poco respaldado cuando recibe el balón, y es más fácil para los defensores rivales desactivarlo ofensivamente. 

También hay que destacar el trabajo en el mediocampo de uno de los refuerzos para este semestre, Didier Moreno, quien por cierto fue injustificadamente expulsado. Además de ser rendidor defensivamente, hoy fue trascendental en el inicio de los ataques del Medellín supliendo balones constantemente a los volantes de segunda línea y teniendo una precisión del 96% en los 83 pases que logró. Ha mejorado exponencialmente en lo futbolístico y es pieza clave en el equipo titular de Hernán Torres.

Los goles llegaron a través de la pelota quieta, pero pudieron haber sido de cualquier otra forma, porque las opciones del rojo hoy en la cancha fueron numerosas y variadas. Uno de ellos de Andrés Mosquera, otro jugador que poco a poco se ha ido consolidando tanto que hasta muy merecidamente lleva la cinta de capitán, y el otro convertido por Brayan Angulo, lo cual demuestra lo eficaz que ha sido el cuerpo técnico a la hora de modificar el equipo en situaciones adversas. 

Claro que los goles no solo deben atribuirse a estos dos jugadores y al resto de la plantilla. El tesón y coraje de los 36 mil en las gradas fue necesario para conseguir el empate, que por poco no se convierte en un triunfo. Es cierto, no se ganó, pero hoy debemos enfatizar la estética que mostró el Medellín durante los 90 minutos, el carácter que desbordó cada jugador, y el gran momento por el que atravesamos. Sigamos siendo diferentes, sigamos siendo poderosos. 

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Sobre el autor
Simón Moreno
Comunicación Social y Periodismo de la UPB