El hijo de don Fernando Robayo y doña Beatriz Marroquín, el pequeño Rafael, promediando la década del 90 con el furor de la selección Colombia por la recordada eliminatoria al mundial de USA 94, desde muy niño se escapó de su casa recién llegaba del colegio o incluso sin siquiera ir a cumplir sus obligaciones académicas por ir a jugar a la pelota en el parque del barrio Ciudad Berna al sur de Bogotá.

El remedio para los padres a la fiebre de su hijo fue sencilla y eficaz: inscribir a Rafael al curso de fútbol ofrecido por la Liga de Bogotá; y les pasó la del chapulín "sin querer queriendo" con esa pequeña acción pedagógica de padres responsables desencadenaron la historia de uno de los mayores referentes bogotanos de Millonarios en los último 20 años.

El segundo de los tres hijos del matrimonio Robayo Marroquín, llamo la atención de los entrenadores al ver sus condiciones técnicas innatas a lo cual añadieron la valiosa labor de pulir el diamante en bruto como lo hicieron los profesores Jimmy Restrepo o Ramiro Alfaro en el equipo de Liga de Bogotá y posteriormente en el Club Vida.

La calidad de Rafael le valió para jugar primero con Santa Fe en la Copa Tutti Fútbol y después ser convocado a la Selección Bogotá donde también se encontraban futuras promesas del fútbol de la capital como Abel Aguilar y otro hincha acérrimo de Millonarios quien al igual que el siempre soñó con vestir la camiseta azul, un tal Radamel Falcao García.

El presidente de Atlético Nacional al inicio de la década del 2000, Samuel Calderón, posó sus ojos en el volante bogotano y adquirió sus derechos deportivos, donde Robayo hizo parte del equipo que obtuvo el campeonato de la liga antioqueña de fútbol sub-17.

Para el año 2004 ya un Rafael Robayo de 20 años se encontraba en su mejor forma y preparado para dar el esperado salto al fútbol profesional, gracias al profesor Luis Fernando Montoya se dio la oportunidad en el Once Caldas, que precisamente en aquel año se consagro campeón de la Copa Libertadores.

Pese a no tener a Robayo en los planes para el año 2005 el profesor Montoya no truncó la carrera del volante bogotano y por el contrario hizo posible el sueño de toda la familia Robayo Marroquín, que Rafael jugara para el equipo del que siempre fue hincha al igual que sus padres, Millonarios dirigido en aquel entonces por Fernando pecoso Castro y al cual fue en calidad de préstamo con opción de compra.

La tarea después consistió en mantenerse, pasaron estrategas a los cuales el juego de Robayo no se les acomodaba para sus esquemas de juego como el mismo Castro o Miguel El Nano Prince. Sin embargo como se dice en el argot capitalino la calidad no se improvisa, eso y el sentido de pertenencia que brinda el amor por la institución que llevó desde niño le permitieron ya no solo mantenerse sino destacarse posteriormente con entrenadores como Mario Vanemerak siendo semifinalista de la Copa Suramericana, Juan Carlos Osorio, Richard Páez con quien se coronó campeón de la Copa Colombia y Hernán Torres consiguiendo la anhelada estrella 14, entre otros.

Hoy un día después de su cumpleaños 31 le hacemos este pequeño homenaje a Rafael recordando no solo sus inicios en el profesionalismo, sino con algunos de sus mejores goles en Millonarios, agradeciéndole esta década defendiendo como bogotano de la más pura estirpe los colores azul y blanco.

Mejores Goles

1. En la última fecha del todos contra todos 2011 al minuto 93 contra Santa fe para clasificar a las finales.

2. En el segundo semestre de 2012 golazo desde 35 metros a Juan Carlos Henao contra Once Caldas en El Campín.

3. Compilado de goles en el 2010 donde fue el jugador mas destacado de aquel equipo.