Juan David Cabezas vistió por primera vez su uniforme del Deportivo Cali con tan solo 9 años, un julio del 2000. Fue una semana de prueba y el club lo ató a las divisiones menores. 

Su primer torneo con el equipo Azucarero fue el Pony Fútbol en Medellín, donde jugó frente a un desconocido James Rodríguez que les hizo dos goles (uno olímpico), y fue la figura del campeonato. "Ese día James nos dio un paseo y anotó dos golazos. Fue terrible", recordó Cabezas. Años después, compartieron juntos en la Selección Colombia que jugó el Mundial de 2011 en nuestro país.

Sus padres eran su apoyo en todo, con mucho esfuerzo, ellos le regalaron sus primero guayos y hasta se endeudaban para darle dinero para que el fuera a entrenar. La situación era dura, pero jamás se rindió y siguió caminando para adelante siempre y con esto aprendió a valorar cada detalle.

"Todo se consiguió con esfuerzo, era difícil, pero nunca dejé de asistir, ellos inculcaron la disciplina para cumplir con lo pactado y mi responsabilidad era cumplir en el estudio y los entrenamientos. El esfuerzo era diario y colectivo, nadie cedía para ayudarme a cumplir el sueño", contó Juan David.

El debut con Deportivo Cali se produjo en el 2007, pero pasó por muchas lesiones que retrasaron su proceso. Pero esto tampoco fue impedimento para dejar de desistir por su anhelado sueño.

Juan David Cabezas, tiene la madurez y la fuerza para saber llevar la responsabilidad de la camiseta que defiende. Tiene un alto concepto de sus compañeros y el cuerpo técnico. Su paso por el Cúcuta, La Equidad y Once Caldas lo curtió como el gran futbolista que es en la actualidad, un jugador del cual Fernando Pecoso Castro siempre se declara fanático: “Es un profesional, un hombre serio y comprometido, y yo me muero con esa clase de jugadores”.

"Sueño y anhelo ser un referente del Cali, pero hay que trabajar arduamente para conseguirlo, ser un ejemplo dentro y fuera de la institución. Porque el fútbol es una actividad de vida y es necesario ser integral para responder de la mejor forma, no podemos pensar solamente en perseguir una pelota", manifestó el volante.

Ahora, en su equipo del alma, ha conseguido establecerse entre los ocho equipos para levantar la Copa de la Liga Águila 2015-I y obetener la novena estrella, ilusión que no sólo lo tiene Cabezas, sino también sus compañeros, cuerpo técnico y fanaticada. 

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Sobre el autor
Loraine Guzmán
comunicación Social y periodismo. Universidad Autónoma de Occidente. Cali-Colombia.