Una vez más, el Poderoso tuvo que conformarse con un subtítulo en el fútbol colombiano. En apenas seis meses, son dos subtítulos que ha obtenido el Rojo. Uno diría que es bueno que haya recuperado el aroma de finalista, pero esta cuestión no se trata de llegar a esa instancia no más, es ganarla también.

Todos esperábamos un Medellín que saliera arrollador en los primeros minutos, que saliera a buscar el partido, sin embargo fue poca la intensidad que le puso el Rojo al partido y el juego no tuvo desequilibrio, claro que Medellín empezó a llegar al arco rival después del minuto 15. Un tiro libre de Juan Camilo Angulo que pegó en el horizontal fue la más clara que tuvo Medellín en todo el primer tiempo. Cali tomó la iniciativa después de la media hora de partido y se fue acercando poco a poco hacia Anthony Silva, que iniciando el juego tuvo una atajada determinante que pudo ser la ventaja tempranera del Cali. Fueron mínimo cuatro oportunidades claras de gol que tuvieron los de Pecoso Castro para abrir el tanteador. Andres Felipe Roa fue quien terminó concretando el gol que cayó como un balde de agua helada para Medellín. Brayan Angulo no fue ese jugador sorpresivo para reemplazar a Christian Marrugo y poder manejar al equipo como lo hace el cartagenero. Un deslucido Medellín se fue al descanso con el 0-1 en su contra.

Para afrontar la segunda parte, Medellín salió con los mismos once al terreno de juego para ‘vencer o morir’ y en el primer acercamiento a los dos minutos Brayan Angulo fue derribado en el área por el arquero Ernesto Hernández, Juan Carlos Gamarra decretó penal y Vladimir Marín que fue el encargado de cobrar tras la ausencia de Caicedo, la estrelló en el horizontal, se acabó la suerte de campeón. Tres penales fallados en los últimos cuatro partidos demostraron lo poco o nada que se trabajaron los cobros desde los doce pasos que es un factor determinante en los Play-off.

Inmediatamente, Leonel Álvarez mandó a Hernán Pertúz y a Daniel Hernández a la cancha y apostó de nuevo por el 3-4-1-2 que pareció más un 3-4-2-1, porque Juan David Pérez jugaba o en los costados o más retrasado. Gracias a la insistencia de Medellín durante los minutos posteriores al penal, logró llegar al descuento gracias a un pase filtrado de Brayan Angulo hacia Hernán Hechalar que puso a Charles Monsalvo frente al arco para que anotara el 1-1. Ahora el problema para Medellín era el tiempo y la defensa del Cali. El Pecoso optó por poner una muralla en su propio campo, y aunque el cansancio empezó a jugarle una mala pasada al cuadro Azucarero, el Rojo no tuvo espíritu ganador y se acercó a chispazos a la portería rival.

Luego de 94 minutos, Gamarra decretó el final del partido y Medellín se quedó con las manos vacías, otra vez, ahora en su estadio. Las ausencias de Marrugo y Caicedo pesaron demasiado. Medellín no produjo fútbol, tampoco hizo nada en la delantera aparte del gol y eso detonó las ilusiones de la hinchada roja. Al final el subtitulo es el resultado de una campaña irregular en la parte futbolística, un equipo al que le faltó ambición y que se conformó con sacar los resultados dando o no muestras de buen fútbol, que fueron pocas.

Ahora, el Poderoso tendrá que comenzar desde cero de nuevo si quiere conseguir un la sexta porque la merece, pero como es sabido, en el fútbol no gana el que más merece sino el que hace los goles.