Al final, el primer semestre de 2015 terminó siendo bueno para Millonarios. Tras un gran inicio y un bache de juego y resultados promediando el torneo, el equipo logró cerrar de buena forma el semestre pese a ser eliminado en las semifinales por Deportivo Cali que al final del mismo terminó por coronarse campeón de la liga. En Millonarios a lo largo del torneo hubo cambios de módulo y algunas rotaciones de jugadores que iniciaron siendo suplentes y terminaron siendo titulares y viceversa, sin embargo en medio de esas rotaciones, hubo jugadores que fueron intocables para Ricardo Lunari, uno de ellos fue Fernando Uribe.

Uribe llegó en julio de 2014 al equipo en medio de algunas dudas entre los aficionados y con grandes responsabilidades, ya que tenía el deber de hacer olvidar a Dayro Moreno quien había sido goleador del equipo el semestre anterior, pero se marchaba a jugar a México, pero a pesar de su talento venía siendo suplente en Atlético Nacional lo que provocaba que los hinchas no confiaran del todo en él, aunque contaba con el apoyo incondicional del por entonces DT Juan Manuel Lillo quien le dio el papel de ser la referencia ofensiva del equipo.

Primero con Lillo y luego con Ricardo Lunari, Uribe cumplió con las expectativas puestas en él, pese a algunas lesiones que le impidieron jugar varios partidos y la llegada del chileno Sebastián Pinto quien vendría a pelear por su puesto, al final el pereirano se despachó con 14 goles en todos los torneos que Millonarios jugó en el semestre, pese a que los resultados del equipo fueron completamente lamentables, él mostró buen rendimiento individual lo que daba confianza a los hinchas sobre la parte ofensiva de Millonarios rumbo a este primer semestre de 2015.

Además, en medio de todos los refuerzos que llegaron, no se trajo uno para competir directamente con Uribe como delantero centro, lo que fue un espaldarazo de Ricardo Lunari para el #20 embajador, quien le dijo a través de ese nutrido mercado de fichajes que sería el delantero titular del equipo y en el recaía la responsabilidad de hacer los goles, afortunadamente Uribe captó el mensaje y cumplió con la responsabilidad que se le dio.

Promisorio inicio

Fernando Uribe, al igual que el resto del plantel de Millonarios tuvo un gran inicio de temporada. En los primeros tres partidos en los que el equipo obtuvo igual número de victorias consiguió tres goles, posicionándose desde inicio en la pelea por el botín de oro y siendo pieza clave del esquema armado por Ricardo Lunari, en la que él se vio especialmente beneficiado del renovado circuito ofensivo conformado por David Silva, Federico Insúa, Javier Reina y Jonathan Agudelo, con todos formó gran sociedad y eso se vio reflejado en su rendimiento individual y por supuesto en el rendimiento del colectivo en general. Además, se notó en la cancha como el aportó al crecimiento del joven Jonathan Agudelo, viéndose reflejada una buena sociedad dentro y fuera de la cancha, en la que no solo se vio beneficiado el joven delantero antioqueño sino por supuesto todo el colectivo de Millonarios.

Primera racha en seco

Tras estos primeros partidos, cayó el nivel de Millonarios y también de algunos jugadores puntuales, entre ellos Uribe, quien llegó a estar hasta siete partidos consecutivos sin hacer gol (incluido uno por copa), pero él nunca bajó los brazos, si bien se le veía negado frente al arco no se le puede negar su influencia en el juego del equipo, jugando como pivot y estando siempre dispuesto a entrar en el circuito de juego aportando fuerza física y sacrificio. El arco se le volvió a abrir el 25 de marzo en la goleada 5-1 sobre Pasto y de ahí, entró en otra buena racha anotándole consecutivamente a Boyacá Chicó, Universidad Autónoma, Alianza Petrolera y Jaguares, aunque se perdió el partido frente a Huila por lesión. El goleador estaba de vuelta.

Uribe anotando su gol ante Boyacá Chicó

De vuelta de la sequía

Sin embargo, de un momento otro y cuando mejor se le veía Uribe, volvió a la sequía. Aunque seguía siendo titular indiscutible, fallaba ocasiones increíbles y a pesar de sus buenos números, algún sector de la hincha dudó de él ya que se acercaba el tramo más importante de la Liga. Frente a Envigado Atlético Nacional y Medellín, el goleador vio como el balón no entró, y aunque el mismo Ricardo Lunari admitió semanas después que se le fue la confianza en sí mismo por algunos momentos, el cuerpo técnico siempre lo respaldó y esto fue clave para el espectacular cierre de torneo que tuvo el delantero nacido en Pereira.

Goles, goles y más goles

Transcurría la última fecha de la Liga, Millonarios perdía con Santa Fe y se encontraba momentáneamente eliminado, hasta que iniciando el segundo tiempo, una jugada armada entre Uribe, Edier Tello y Rafael Robayo derivó en un centro que el #20 embajador conectó de cabeza hasta colarse en el arco de Leandro Castellanos, aquel gol fue vital para la espectacular remontada que se vio después y que permitió la clasificación a los playoffs.

Con este gol Uribe volvió a la racha positiva, y la ratificó en la llave frente a Envigado en la que convirtió tres veces en El Campín para igualar en la tabla de goleadores con 12 tantos a Harold Preciado del Deportivo Cali y superarlo tres días después en el Parque estadio sur al convertir un gol más en la derrota 3-2 del partido de vuelta contra los envigadeños.

En el partido de ida de semifinales contra Cali, Uribe convirtió dos goles más para ubicarse con 15 goles en lo más alto de la tabla de goleadores de Liga Águila y hacerse inalcanzable para Harold Preciado que solo pudo llegar a 13. Si bien Millonarios no pudo lograr la anhelada estrella 15, Uribe cumplió con una meta personal y se coronó como máximo artillero de la Liga.

Goleador, inamovible y pieza clave

A lo largo del torneo, Uribe fue el segundo jugador de Millonarios que más acumuló minutos en cancha (2055) siendo superado solo por Nicolás Vikonis, aunque si se suman los 36 minutos que jugó por copa Uribe llega a 2091 minutos lo que lo hace el jugador de Millonarios con más minutos en cancha durante todo el semestre. Ricardo Lunari siempre le dio confianza y Uribe supo corresponder a esto.

Durante las malas rachas Uribe, al ser consultado por esto siempre respondió “lo importante es el equipo” y no solo lo dijo sino que lo demostró, ya que cuando no convirtió, jugó como pivot y aportó marca, lucha y sacrificio siendo recompensado luego por goles que es de lo que viven los delanteros.

Pocos delanteros como Uribe se ven en el fútbol profesiona colombiano. Ahora mismo su futuro inmediato se encuentra en vilo y lo único cierto es que no volverá a Atlético Nacional, equipo en el que nunca recibió las oportunidades que en Millonarios demostró merece de jugar siempre. “Al nueve hay que aguantarlo siempre” es una de las reglas no escritas del fútbol, y Fernando Uribe Hincapié demostró en este torneo que esa máxima es muy cierta, y que el nueve siempre que recibe confianza tarde o temprano da resultados, o en su caso puntual, goles.

Competición Partidos Minutos Goles Asistencias Amarillas Rojas
Liga Águila 23 2055 15 2 2 0