Lo han vuelto a lograr. La batuta la tomó Pékerman, el bombo lo controló Sánchez, Teofilo fue al violín, James al piano y Murillo fue la voz principal del gol en Colombia. La sinfonía sonó en el Monumental, no desafinó y nuevamente, se han metido en la competencia. Colombia venció 1-0 a Brasil, en un partido táctico, friccionado, con choques al final pero intenso durante los 90 minutos.

Intensidad y ventaja 'cafetera'

Desde el primer minuto, Colombia planteó un 4-4-2, en torre; la defensa de cuatro con Murillo y Zapata como centrales, y Zuñiga con Armero por los laterales; el doble pivot montado con Sánchez y Valencia, con James y Cuadrado como 'wings'. Arriba, Teófilo y Falcao, debían topar con Miranda y Thiago Silva.

Brasil empezó a atacar por las bandas y sus caminos iban al centro. Pero Colombia contó con un hombre determinante, que si lo menciono acá y le hago una lista de todo lo hizo, nunca acabaría esta crónica. Carlos Sánchez, aplomado y con mucho músculo, cortaba sin falta cada intento de ingresa por el centro de Brasil.

Colombia, aplicó un avance más dinámico. Teófilo empezaba a atacar la espalda de Dani Alves y Falcao, bailaba con los dos centrales 'cariocas'.

Durante 30 minutos, Colombia dominó el mediocampo, posó su segunda línea de volantes en terreno contrario, triangulaba entrelíneas y remataba al arco desde fuera del area. Brasil parecía 'groggy' y mostraba falencias para construir juego a la ofensiva.

Sobre el minuto 36, el cobro de falta de Cuadrado desde la derecha y la bajada de balón de Zapata, significó el remate de zurda de Murillo para anotar la primera diana de la 'tricolor' en la Copa América. La sinfonía volvía a sonar, los decibeles estaban al máximo y no desafinaba.

Brasil, en medio de tanto ritmo frenético, buscó acomplarse en ofensiva en el primer cuarto de cancha colombiano. Infructuoso su intento. Sánchez, taponaba el ingreso de cualquier objeto 'verdeamarella' extraño no identificado.

Variantes, adorno y victoria

Con el segundo tiempo, vinieron las variantes. Brasil dio ingreso a Coutinho en lugar de Fred. Colombia debía sostener el resultado y los de Dunga, ponía más cerebro a la medular.

Brasil empezó a subir sus líneas y conquistó campo colombiano. Los cafeteros apelaron al repliegue defensivo y al resorte ofensivo: Cuadrado y James lanzados en velocidad, con Teófilo con libertad para crear sociedad y Falcao luchando con los centrales.

Pasó el minuto 50 y Cuadrado lanzó un remate cruzado que pasó cerca al vertical derecho de Jefferson.

Siete minutos más tarde, Murilló erró en la salida de balón, Dani Alves chocó con Ospina, el rebote le quedó a Firmino, que con el arco solo, mandó la número cinco por encima de la porteria. Parecía que la sinfónica empezaba a perder la nota.

Pékerman empezó a meter mano a su grupo. Ibarbo fue en lugar de Falcao y acompañó a Armero en el relevo por izquierda; tapón a Alves y despegue en velocidad a la salida.

Pasaron los minutos, Brasil administró pero no era profundo. Colombia plantaba 11 hombres en 30 metros y evitaba cualquier sorpresa en velocidad de los cariocas.

Siguió puliendo la sinfónica, Pékerman. Reemplazó en la percusión a Valencia por Alex Mejía y a Teófilo -en el violín- por Bacca. James Rodríguez pasó a media punta, por delante de Cuadrado e Ibarbo. La idea refrescar la medular, administrar y atacar los espacios vacios de Brasil.

Los de Dunga cayeron en la desesperación. Toparon con un rival que lo doblegó en inteligencia, en táctica y técnica. Las expulsiones tras el final del juego de Bacca y Neymar, por agresión verbal y física, terminó con la historia de una victoria donde la sinfonía de Pékerman ha vuelto a sonar, desafina menos y los compases los maneja mejor. Sánchez se ha destacado en la percusión y en el coro Murillo dio su nota más alta. Jugaron, cantaron, bailaron y además, vencieron a Brasil, como hace 24 años, no lo hacían en Copa América.

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