Corría el minuto 84 del partido en la noche de miércoles en el estadio El Campín, con empate a uno en el marcador entre Millonarios y el Deportivo Cali, cuando Ricardo Lunari envió a la cancha a Kevin Rendón, formando de nuevo una línea de cuatro defensas que diez minutos antes había modificado.

Este cambio provocó la cólera de los hinchas que parecieron no querer creer como el estratega mando el mensaje claro de mantener un empate que de poco sirvió al final. Tal fue la confusión que los propios jugadores se mostraron sorprendidos, tal es el caso de Nicolás Vikonis, quien miró hacia el banco de suplentes y abrió sus brazos buscando respuestas ante un cuerpo técnico impávido.

Foto: Millonarios FC.

Finalmente esa fue la radiografía del conjunto azul, no solo en lo que fue el empate contra el equipo verde del Valle, sino en lo que va de la Liga en este segundo semestre: Falta de comunicación entre cuerpo técnico y jugadores, sumado al descontento generalizado de la hinchada que ve como fecha tras fecha se van resignando puntos que al finalizar el todos contra todos pueden llegar a configurar una eliminación escandalosa, teniendo en cuenta que Millonarios solo juega un campeonato debido a que quedó eliminado de la Copa Colombia desde la primera parte del año.

Vale la pena aclarar que la crisis no solo se debe a la poca claridad en el manejo estratégico de Lunari, también es resultado del bajo nivel en jugadores que fueron piezas clave en el andamiaje colectivo del equipo el campeonato anerior. Macalister Silva, Deiver Machado, Rafael Robayo, Fabián Vargas y Mayer Candelo por solo nombrar algunos.

Un análisis técnico-táctico del partido llega a ser tan repetitivo en los errores y deficiencias de los locales, que solo se transforma en una acentuación de lo acontecido en lo que va de esta Liga Águila 2015-II: La defensa descoordinada, el medio campo que cada vez es más permeable y un circuito ofensivo que no logra compenetrarse en el juego interno, repitiéndose en desbordes de Maximiliano Núñez para centrar balones a Michael Rangel, dando como resultado un ataque previsible y anunciado.

Foto: As Colombia

Lo mismo acontece con las declaraciones del técnico argentino quien aún se atreve a aseverar que: "Millonarios por momentos demostró lo mejor de su fútbol", dejando la posibilidad latente para propios y extraños de que el equipo puede tener una actuación más lamentable, debido a la diferencia ideológica de la mayoría con el técnico de lo que es la institución y como debe ser su mejor rendimiento deportivo.

Para rescatar queda la entrega de Michael Rangel, quien se configura como la mejor contratación del equipo al convertir su cuarto gol, y las atajadas de Vikonis quien con sus destacadas actuaciones, sigue salvando puntos que por momentos parecen perdidos.

Por ende se esperan las variantes inmediatas en la rotación de la nómina con jugadores como Harrison Otálvaro, Omar Vásquez, Elkin Blanco y el mismo Sergio Romero, para cambiar el rumbo de un Millonarios que de no conseguir una seguidilla de triunfos consecutivos, inmediatamente puede quedar relegado en su objetivo principal de ser campeón, asomándose a una eliminación temprana de las finales, confirmando las criticas a los cuestionables manejos administrativos de Enrique Camacho, presidente de la institución, y especialmente de Gustavo Serpa, representante de los accionistas mayoritarios.