Llegó la fecha del clásico capitalino y sin importar el presente de cada equipo, Millonarios y Santa Fe se enfrentaron. Los cardenales venían en mejor momento, pero Millonarios se ordenó y con Rubén Israel en el banco, se vio en los embajadores un equipo más claro.

Los ingresos obligados de Luis Mosquera y Stiven Vega en la nómina titular por las convocatoria a la selección Colombia sub – 23 de Déiver Machado y Kevin Rendón, además de la lesión de Lewis Ochoa, demostraron que Millonarios tiene recambio y más si analizamos el partido de Vega quien realizó una buena actuación.

El frío característico de la capital y la lluvia que se avecinaba eran el marco de una nueva edición de uno de los partidos más importantes de la Liga Águila, la tribuna en mayor parte roja no evitaba que los aficionados azules callaran en su voz de aliento hacia Millonarios.

Empezó el partido y además de los cambios que se nombraron anteriormente en la nómina titular del equipo se veía el regreso de Elkin Blanco, quien en el primer tiempo se vio impreciso, se notaba la falta de ritmo en su juego y perdió varios balones en la parte media del terreno, lo que obligó al equipo a recurrir a las faltas.

De esta manera, por la pelota quieta Santa Fe se acercó con peligro al arco defendido por Nicolás Vikonis, quien se vistió de héroe y voló de palo a palo para evitar que el ataque santafereño concretara un gol, nuevamente san Nicolás era el ángel guardián del arco norte de El Campín.

Millonarios también reaccionó, Agudelo le entregó el balón a Maxi Núñez, pero el argentino desperdició una opción clara al no lograr contactar el balón, parecía que Millonarios quería reaccionar. En contadas ocasiones Mayer Candelo se puso en la labor de ‘5’ y recuperó varios balones, cuando Santa Fe intentaba salir jugando.

El primer tiempo fue entretenido, Vikonis era la figura del encuentro, pero Castellanos no se quedó atrás. Sin duda el nivel de los arqueros de la capital es superior en la Liga Águila y los dos hacen mérito para saber quién es el mejor arquero del campeonato.

Para la segunda parte, Santa Fe salió a atacar y presionar ante un Millonarios que en los primeros minutos se vio quedado. Sin embargo, Elkin Blanco cambió de chip y mejoró notablemente, pues recuperó el balón con quites limpios, esto sin duda le dio seguridad a Millonarios para levantar cabeza e intentar hacerse con el clásico.

Y así Millonarios en la segunda parte tomo la iniciativa y en una jugada colectiva por el sector derecho, que junto a Núñez y a Vega, quienes pasaron con facilidad la línea defensiva del cuadro cardenal, habilitaron a Robayo que entró solo por la parte izquierda, lo más difícil era botarlo y Rafa decidió rematar al palo derecho de Castellanos, el balón pasó rozando el palo. El partido seguía igualado sin goles.

El público de ambas aficiones ya se hacía a la idea de no gritar un gol de sus equipos. Santa Fe atacó la zona derecha de Millonarios, Quiñones iba ingresando al área y Henríquez lo derribó, penal claro para santa Fe a falta de 7 minutos para el fin del partido.

De inmediato el goleador de la Liga, Wilson Morelo ex Millonarios, tomó el balón y se sabía que él iba a ejecutar el cobro. Vikonis le hablaba y el nerviosismo aumentaba en la tribuna, Luis Sánchez pitó y Morelo lanzó el balón casi al centro, gol para Santa Fe que hasta el momento se llevaba los tres puntos.

Santa Fe quería cerrar el partido, mantenía el balón lejos de su portería, el cuarto hombre salió con su tablero y decretó que se jugarían cuatro minutos más de juego, para la hinchada de Santa Fe era exagerada la adición, para los de Millonarios había tiempo y se podía empatar.

Federico Insúa a falta de 1 minuto para terminar el encuentro, lanzó un pelotazo que llego a Rangel, quien con el cuerpo despojó a sus rivales de las posibilidades de tomar el balón y se encarriló al arco cardenal. El arquero Castellanos salió apresuradamente y le cometió falta dentro del área, claro penal para los embajadores al último minuto.

De inmediato Insúa, quien comenzó la acción, tomo el balón y se apodero del penal. Ya cumplidos los cuatro minutos la tensión crecía, en la tribuna se recordaban los antecedentes de Millonarios desde el punto penal, el equipo no había logrado anotar por esta vía.

Insúa demostró su jerarquía y pateo ese penal, no solo con clase sino con el corazón. El jugador metió el balón en todo el ángulo, un cobro perfecto que lo celebró con la hinchada que se ubicaba en el costado de oriental.

Sánchez quien sancionó bien los dos penales, le mostró la tarjeta amarilla al pocho, pero al él no le importó que no amonestaran. El clásico terminó empatado y Millonarios espera levantar su nivel y demostrarlo el miércoles cuando enfrente a Junior en El Campín