A las 7 y 45 de la noche, el Estádio de Arruda se dispuso a dar inicio la vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamerica; Santa Cruz salía al campo con la obligación de remontar un 0-2 en contra, además de tener en la cabeza la tabla del descenso en el plano local.

Por su parte, el Poderoso llegaba encendido tras escalar a la primera casilla en la Liga Águila, y salía a defender un resultado que consiguió en el Atanasio Girardot durante la ida.

Tal y como se esperaba, los brasileños salieron a atacar, buscando opciones para vulnerar el arco defendido por David González. El tiro de esquina se convirtió en su opción más favorable para crear sus primeras opciones de gol.

Cuando dieron diez minutos de encuentro, la tónica inicial se mantenía: un local manteniendo el balón y buscando espacios, mientras que el DIM mantenía un juego calmo, con poca tenencia, pero con una defensa férrea.

Y llegó el momento de romper ese esquema defensivo del Rojo, gracias a un cabezazo de Grafite al minuto 14, tras una opción de pelota parada. Ahora solo los separaba un gol en la serie y Santa Cruz entraba en una envión anímica importante.

Después de los 20 minutos, Medellín comenzó a hacer uso de sus condiciones para salir del letargo en el que se encontraba y tuvo tres tiros de esquina consecutivos. Además, Caicedo estuvo a punto de colgar el balón por encima del golero brasileño, pero de un manotazo despejó al córner.

A los 25’ un grosero error defensivo permitió que la delantera local tuviera un mano a mano con González, dejándolo en el camino. La jugada no terminó en gol gracias a una intervención milagrosa de Andrés Mosquera en la línea.

Y lo que más temían en el DIM llegó a los 30 minutos de juego. Otra desconcentración por la banda izquierda permitió que Grafite volviera a ganar desde arriba, y usando el recurso de la cabeza igualó las acciones en el Estádio de Arruda.

Medellín era un mar de nervios en la zaga, y ya tenía a Marlon Piedrahita amonestado por golpear a Keno. Los de Leonel no encontraban cómo contrarrestar los embates ofensivos y mucho menos cómo romper esa defensa que montaron los locales.

Lo mejor que le pudo pasar al cuadro antioqueño fue que llegara el final del primer tiempo. De una serie controlada pasó a estar contra las cuerdas, le dio alas a Santa Cruz y ahora tenía que salir a buscar un gol para abrir una brecha en la llave.

Los últimos 45 minutos comenzaron dando evidencia del regaño que Leonel Álvarez le dio al club en el vestuario. Además, el ingreso de Christian Marrugo por Marlon Piedrahita ampliaba el menú de jugadas de ataque a favor del elenco más antiguo de Colombia.

Ya se veía un partido más combatido en la mitad de la cancha, el Medellín controlaba el balón gracias a las interrupciones de Marrugo, quien se encargó de crear sinergia en el esquema de armado para el ataque. Los locales perdieron profundidad, pero aún cargaban con bolas llenas de peligro.

A los 65 minutos, el enemigo del DIM era el reloj, pues se acercaba la hora de los penales, por lo cual Leonel decidió darle entrada a Ibargüen por Luis Carlos Arias, aunque Santa Cruz también movió sus fichas.

Pero la suerte volvió a jugar en contra del cuadro antioqueño, y ahora Grafite capitalizaba la victoria de los locales con un triplete. El delantero superó a la defensa y tuvo tiempo de disparar ante David González, cambiando el rumbo del juego y guiando el camino de la clasificación para el conjunto local. Medellín llegó a Brasil como favorito y a los 70 minutos ya se sentía en el infierno.

La vuelta al cielo llegó a los 76'. Un cabezazo de Ibargüen significó la vuelta del alma al cuerpo de todos los hinchas del Medellín que solo seis minutos antes se veían eliminados. Ahora Santa Cruz necesitaba un gol más para pasar, ya no había cabida para los penales.

Los últimos minutos estuvieron llenos de sufrimiento, pero aún así el cuadro visitante logró mantener el marcador y consiguió el tiquete a los cuartos de final, llave en la que tendrá mucho por mejorar. Mañana saldrá su rival del Santa Fe - Cerro Porteño.