Las nefastas declaraciones del Pecoso Castro al diario El País de Cali, convirtieron el partido entre Bucaramanga y Cali, en un partido con mucho morbo. Ambas escuadras estaban adiestradas, sabían que este partido no se podía perder y ambas cumplieron. Un empate fue el resultado justo en Floridablanca.
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El Deportivo Cali llegaba con las ganas de cambiar uno de los puntos negativos en la gestión del anterior cuerpo técnico y además saldar una deuda que les impide ganar en tierras santandereanas ante los leopardos desde diciembre de 2002, una eternidad pero con solo nueve partidos en ese periplo.
Oscurecida tarde verdiblanca
El Cali inicio muy mal su tarde en el Álvaro Gómez Hurtado, con una pelota que recepciona en el medio el delantero Jhonny Cano, entregándosela por la derecha a Jhon Pajoy, quien invito a bailar a Danny Rosero, sin que el central le tomará el paso y este lanzará una pelota al medio que encontró mejor ubicado a Cano para marcar de cabeza el tanto de los locales. Mera perdió la marca y Vargas no pudo hacer nada ante el remate del delantero.
Benedetti y Murillo salvaron la tarde
El que vio el primer tiempo del Cali, quedaba muy decepcionado frente a la propuesta del equipo. No se notó la jerarquía, ni la experiencia ante una nómina inferior en nombres a la del cuadro azucarero. Pero en la segunda parte, con carácter y templanza, el verdiblanco pudo rescatar un punto de visitante.
En el minuto 3 de la segunda parte, una jugada de contragolpe le permitió a Nicolás Benedetti, internarse en el área y con un pase a tres dedos lanzado desde la izquierda encontró a Miguel Murillo en el medio y este con un cabezazo cruzado logró vencer al portero Alejandro Otero.
El resto del partido, se dieron opciones para ambos equipos, pero ninguno de ellos pudo romper con la paridad en el marcador.
Al final, el Deportivo Cali se mantendrá por esta fecha en el grupo de los ocho y en la próxima fecha enfrenta de local a Rionegro Águilas, uno de los coleros del campeonato.