Muchas conclusiones se pueden sacar de la derrota del Deportivo Independiente Medellín ayer en el Atanasio contra Atlético Bucaramanga, resaltando más que nada el hecho de que tener la posesión no significa asegurarse la victoria.

El DIM tuvo el balón el 66% del tiempo, superando con creces el control de la pelota logrado por su rival, pero sin la eficacia de la visita, a la cual también triplicó en disparos, la mayoría de ellos fallidos. Si se analiza línea por línea, se evidencian varias falencias que explican el hecho de que un equipo que controló el partido desde las estadísticas no pudo sumar de a tres en su estadio.

En el arco, David González salvó algunas jugadas importantes, pero limitó la salida del equipo en varias ocasiones cuando se quedó con el balón en las manos más de lo necesario, lo cual daba paso a que las fichas del adversario se acomodaran. 

El golero también pudo hacer más ante los embates aéreos de Búcarosun error que se ha hecho constante y ya le costó algunos goles al DIM en más de una campaña. Sin embargo, de no ser por sus reflejos, quizá la diferencia habría sido mayor en Medellín.

La defensa también tuvo altas y bajas en los 90 minutos. Andrés Mosquera estuvo providencial en el bloqueo durante varios pasajes del encuentro, dando muestras de que es quien lidera la zaga, pero fallo más de una vez en la entrega, lo cual complicó a sus compañeros.

Pertuz y Piedrahita no tuvieron su mejor noche, aunque en el segundo tiempo fueron más útiles y seguros. De Juan David Valencia hay que decir que de nuevo puso en evidencia sus dotes para el regate, pero eso no es suficiente si erra en el último pase, o amarra la pelota más de la cuenta y la pierde. Es evidente su capacidad para amagar, pero también debe ser inteligente para saber cuándo cambiar de jugada.

La zona de volantes no se escapa de las correcciones, comenzando por la 'Goma', quien tuvo desaciertos en los pases que terminaron en jugadas de peligro a favor de la visita, al igual que Hechalar y Cortés cuando ingresaron. Muchas veces es más necesaria la inteligencia que la garra y ese aspecto fue obviado por los tres, que pudieron haber dado una mejor presentación.

Viola venía de estar parado muchos días por lesión, por lo cual su actuación ayer no es merecedora de muchas críticas ajenas a la globalidad del equipo: los errores en la toma de decisiones, para el último pase o el remate. Para el DIM es importante que pronto recupere su estado de forma, se acople a la cancha y pueda responder óptimamente, acompañando a un Caicedo que representó las fallas en la definición y no dio lo mejor de sí.

El resultado final no sirve de mucho antes de emprender el viaje a Ecuador por Libertadores, pero el equipo debe mantener la calma y corregir los errores que se mostraron en Medellín, si quiere sumar de a tres en el máximo certamen continental.