El delantero tolimense fue sin lugar a dudas el mejor refuerzo de la Liga Águila 2017-I. Dayro Moreno quien llegó como el actual goleador de la Liga MX desde Xolos de Tijuana por una cifra récord al Atlético Nacional fue el mejor movimiento en el mercado de enero. La apuesta que hicieron los 'verdolagas' era formar un ataque demoledor junto a Miguel Ángel Borja. 

Sin embargo, ante la jugosa propuesta del Palmeiras hizo que el de Tierra Alta emigrara a tierras brasileñas junto con Alejandro Guerra, dejando vacante ese lugar de goleador al que Moreno "se le midió" cumplir. Vaya que lo logró. Marcó 14 goles en Liga, dos en Copa Libertadores y dos más en la Recopa Sudamericana, para un total de 18 en 26 partidos disputados con el 'verde paisa'. 

Al comienzo, Dayro mostró porqué era el hombre indicado para copar ese vacío que había dejado Borja en el ataque. Siendo el centro delantero arrancó con goles y buenas actuaciones. Hasta que llegó el clásico en la décima fecha y Luis Carlos Ruíz le robó el protagonismo con un doblete. Eso, sumado a que Rueda no hallaba su anhelado extremo derecho, forzó a utilizar a Moreno por un costado, perdiendo ese 'olfato con el gol' en partidos clave de Copa Libertadores que desencadenaron en una dura eliminación. 

Sin embargo, y a pesar de estar en el frente de ataque, Dayro intentaba cumplir como 'socio' y también como definidor. Luego aprovechó la 'sequía goleadora' de Ruíz para asaltar su puesto como '9' y fue donde mejor rindió. Esos partidos clave como contra Chapecoense en la vuelta de la Recopa Sudamericana y sus magníficos cobros desde el punto penal, le dieron el 'aval' para ser el punta del equipo. 

El remate del campeonato fue el ideal para Moreno, a medida que crecía el juego de Nacional, el lo hacía y juntos caminaron para bordar la estrella 16 en el escudo 'verde'. 

La Liga 2017-II y la Copa Águila es ahora los retos para Dayro. Un sexto 'botín de oro' en su carrera lo mira de reojo, no lo inquieta pero tampoco lo desprecia, sabe que "goles son amores" y que un buen rendimiento deriva en distinciones para el equipo.