Un empate 1-1 contra Perú fue suficiente para asegurar la clasificación directa. Fue un partido intenso, con dos selecciones que se cuidaron desde el comienzo, siendo conscientes de que un error podría costarles el Mundial. El combinado patrio fue cauteloso, esperando descubrir el planteamiento del rival.

Aunque Perú se acercaba por el costado derecho, la Tricolor fue la primera en llegar al arco contrario. A los cinco minutos llegó el primer susto para Perú, tras una llegada de Frank Fabra, que la defensa peruana terminó enviado al tiro de esquina.

Tras la acción el partido volvió concentrarse en la mitad de la cancha, hasta que James Rodríguez, con un remate de media distancia fuera del área, exigió al portero Pedro Gallese, quien detuvo el disparo con las manos.

Aunque Colombia no era la dueña del balón, generaba las opciones más claras del compromiso, creando juego colectivo. Al 21', la Tricolor volvió a acercarse al arco peruano con una llegada de Duván Zapata, que hizo una diagonal por derecha para centrarle a Falcao García, que se encontraba en la mitad del área, pero el ‘Tigre’, ni James, que estaba cerca al palo, lograron interceptar el pase.

José Pekerman confió en sus pupilos y para la segunda etapa mandó a los mismo 11 a la cancha. Perú, en cambio, movió el banco y mandó a Miguel Araujo por Alberto Rodríguez Valdelomar.

El panorama no cambiaba en el estadio Nacional de Lima. Brasil le ganaba a Chile y Messi levantaba a la Argentina en Quito. Pero Colombia no hacía su tarea y continuaba en zona de repechaje. Hasta que el 10, el siempre líder James Rodríguez, se visitó de héroe y puso a la Selección en el Mundial.

La felicidad es un instante. Ese del minuto 55, cuando David Ospina sacó un pelotazo, recibió de espaldas Duván Zapata, Falcao apareció de pivote y James entró con todo el poder de su mágica zurda para fusilar a Gallese. Ese instante selló el billete a Rusia, cubrió de gloria al 10, devolvió el alma al cuerpo de millones de colombianos.

La dicha del gol de James, en un momento crucial, fue un bálsamo que infortunadamente no acabaría con la angustia pues un tiro libre, tras falta de Fabra, le abrió a Guerrero la opción del gol. Fue una jugada polémica pues terminó siendo la mano de Ospina, que rozó el remate, la que validó el gol.

Luego, colombianos y peruanos se dieron la mano en los últimos minutos y firmaron el empate en el Estadio Nacional de Lima. Se acabó la tortura, terminó el susto. Colombia está en el Mundial Rusia 2018