Haciendo un retroceso por esta década sin Juan Camilo Zúñiga en Atlético Nacional, pasaron muchas cosas, quizás la época más gloriosa que ha tenido el club en su historia. 13 títulos, dos de ellos internacionales, esa esquiva pero tan gloriosa Copa Libertadores volvió para alegrar los corazones 'verdolagas', en fin, si nos ponemos a nombrar que pasó, no alcanzaría esta nota. 

Lo cierto es que el 'chontico' regresó, más maduro, quizás con esa chispa que mostraba cuando se tragaba la banda derecha transformada en inteligencia de juego. En el equipo 'verdolaga' se le recuerda que era la luz en la oscuridad, cuando en aquella Copa Libertadores del 2008, un adiós intempestivo al fútbol italiano, fue una daga al corazón de miles de hinchas que veían como una época oscura llegaba al club. 

De hecho, lo fue, entre 2008 y 2011 la vida de Nacional fue una montaña rusa, mientras en la TV la gente veía al 'chontico' maravillar a la 'bota', con su gambeta endiablada y esa velocidad y aguante que solo tienen los carrileros. Por derecha o por izquierda, Zúñiga pasó de ese humilde Siena a la 'gran' carpa con el Napoli, un equipo que de a poco le peleaba de tu a tú con grandes como la Juventus, el Inter o el Milán. 

Faltan cinco partidos para que Zúñiga llegue a los 100 partidos con Nacional. Con el 'verde' marcó 9 goles. 

Nacional volvió a ser campeón en 2011 y el recuerdo de Zúñiga seguía en la gente más como nostalgia que como una pieza que faltaba para armar un engranaje. Pasaron los años y llegó el 2018, un tiempo en el que las líneas de tiempo de Juan y el 'verde' se volvieron a cruzar. 

"Estoy muy contento, muy agradecido con Dios por volver a casa, tengo muchas ansias de volver a jugar en el Atanasio, vistiendo la camiseta del 'verde' y divirtiéndome. Gracias a la hinchada por ese respaldo y esas ganas que tenían que volviera", expresó un tímido Zúñiga, con esa picardía de aquel muchacho que comenzaba en el fútbol, de ese profesional que a pesar de jugar la Champions, todavía tiene ese barrio que pocos conservan en este fútbol industrializado. La alegría de volver, conmueve más corazones por más rodillas rotas o difíciles diagnósticos tuviera. Así juegue cinco partidos o 100, a Camilo le llegó su momento de regresar. 

"Me siento muy nervioso, ansioso por debutar de nuevo. Vivo con sensaciones indescriptibles, la verdad no pensaba en ese momento de volver. Parezco un niño, siento lo mismo como cuando debuté por primera vez con la camiseta de Nacional", remarcó en la nota de bienvenida que le preparó el club, el mismo que lo hizo comenzar por esta carrera compleja pero apasionante, el mismo que lo acogió en su momento difícil, el mismo que no lo iba a abandonar en las complicadas. Porque como aquel 2008, este barco necesitaba un nuevo capitán para que condujera el barco.