El joven Jorman Campuzano, nacido en el Cesar, llegó sin mucho ruido al nuevo Atlético Nacional de Jorge Almirón, y poco a poco ha ido demostrando su talento y sus ganas de dejar huella en el equipo paisa.

El primer tiempo ayer ante Colo Colo para el conjunto verde, fue un poco enredado, a pesar de haber tenido una buena actuación en la parte defensiva, faltó precisión en ataque y lograr llegar más al arco del conjunto chileno. Macnelly se vio superado por la presión de los locales; a Vladimir, lo pararon con juego fuerte y siempre que cogió el balón, recibió una patada; Lucumí, perdido y Rentería, desconectado del resto de sus compañeros.

Para el segundo tiempo Almirón recompuso su mediocampo, primero ingresó Castellani para acompañar más a Macnelly y dar una mano en marca en la banda de Delgado y luego, la figura del partido, Jorman Campuzano.

El joven, debutante en torneos continentales, jugó como el más experimentado, no le pesó ni la camiseta, ni el ambiente de la cancha, ni el juego que propusieron los locales.

Mostró una jerarquía tremenda y una tranquilidad impensable para un debutante, al pasar los minutos, se hizo amo y señor del desarrollo del juego, recuperó todo lo que le pasó por delante, entregó todo bien y como si fuera poco, dio la asistencia definitiva de gol en el tanto de Vladimir. Fue el conector entre defensa y ataque, lo que hizo también protagonista a Macnelly Torres, quien fue otro de los destacados la noche de ayer.

En pocos partidos con la camiseta de Nacional, Campuzano ha ido demostrando su carácter, su talento y sus ganas de triunfar en el equipo y sabe que de seguir en este camino, marcará una época y será muy poco lo que lo podamos disfrutar en la zona medular del onceno 'verdolaga'.