El Deportivo Independiente Medellín tuvo una reestructuración importante para este primer semestre del 2018; después de quedar afuera de la lucha por la estrella decembrina del año anterior, varios jugadores tomaron rumbos distintos, como los que fueron a otros equipos, o como Mauricio Molina, quien finalizó su carrera profesional.

Dentro de los jugadores que llegaron a suplir dichas ausencias, estaba Andrés Ricaurte, el volante del Atlético Huila que tuvo un buen 2017 y estaba en la mira de varias instituciones del país. El antioqueño de 26 años se mostró cómodo en el equipo desde la pretemporada, lo cual hacía pensar que se afianzaría rápidamente como uno de los hombres de confianza de Ismael Rescalvo.

Justamente, Ricaurte fue durante todo el semestre una de las fichas base para el engranaje del Medellín, aportando tanto de volante de marca como tejiendo las jugadas ofensivas del Poderoso, dando cuenta de sus dotes con el manejo del balón y los pases para generar peligro.

Andrés tenía una competencia sana con medicampistas como Daniel Cataño o Yairo Moreno, de corte más ofensivo en el equipo pues, aunque él sabía salir desde el fondo, también se acomodaba en la segunda línea de volantes, pero las irregularidades de Cataño y las constantes lesiones de Yairo hicieron que su participación estuviera menos comprometida.

En total, el mediocampista jugó 24 partidos en la temporada (Superliga, Liga y Copa Sudamericana), en los cuales anotó un gol y logró siete asistencias. Este último dato, sumando a que recibió un total de 86 faltas, dan cuenta de lo determinante que fue en la generación de ataque del equipo antioqueño.

Lo más probable es que el jugador siga vistiéndose de azul y rojo para el segundo semestre de este año, en el cual los retos del Poderoso están enfocados en hacer una buena presentación en la Copa Águila y buscar revancha de la Liga Águila que finalizó el pasado fin de semana con la coronación del Deportes Tolima.