Luego de aplazar y definir las fechas en las cuales sería la final, el momento más esperando llegó ayer en el estadio Metropolitano de Barranquilla, Junior y Medellín se enfrentaron en el partido de ida de la gran final de la Liga Águila II y el visitante se llevó una goleada a manos de los dirigidos por Julio Comesaña. 

El encuentro dio inicio a las 7:00 p. m., 40.072 espectadores se dieron cita en el máximo escenario de los barranquilleros para palpitar las emociones de la final del Fútbol Profesional Colombiano. En la primera mitad las cosas fueron muy parejas, aunque el Junior siempre mostró más fútbol e iniciativa por ser el local. 

Medellín inquietó el arco de Sebastián Viera en dos oportunidades, por medio de Juan Fernando Caicedo y Brayan Castrillón, sin embargo no concretaron y le dieron vida al Tiburón. Así las cosas, los primeros 45 minutos fueron de ida y vuelta, el DIM planteó un buen esquema en la parte técnica que hizo que Atlético Junior y su juego no resaltaran, por el contrario, se vio una final con posibilidad para los dos. 

En el segundo tiempo, las cosas cambiaron drásticamente, la ofensiva de Junior tomó el poder. Al minuto 50 llegaría el primer tanto por medio de Luis Fernando Díaz, máximo anotador del elenco barranquillero este semestre; pasaron 6 minutos y James Sánchez por vía aérea clavó el segundo en el arco de David González. 

Independiente Medellín intentó reaccionar y Germán Cano anotó el descuento al minuto 66. Sin embargo, la desconcentración y la mala entrega resaltaron en el equipo paisa en la noche de ayer. Al minuto 81, Teofilo Gutiérrez marcó el tercero y Marlon Piedrahita selló el cuarto gol de la noche para Junior, luego de un rebote de Jesús Murillo en el área del portero González.

Independiente Medellín lució sin ideas y sin salidas, teniendo en cuenta que el juego de los dirigidos por Julio Comesaña fue intenso, contundente y rápido.

El partido de vuelta será el 16 de diciembre en suelo antioqueño ante los aficionados del DIM, que esperan que el Rojo le de vuelta a la amplia ventaja del Tiburón.