Todos los que presenciamos el partido del equipo verde de la montaña en el Atanasio Girardot o desde algún dispositivo a través de Facebook, pudimos evidenciar la gran mejoría que ha presentado nuestro equipo en su forma de jugar, de llevar el ritmo del juego y de generar opciones de gol. Lastimosamente, Atlético Nacional sigue sufriendo de faltando definición en el último cuarto de la cancha, que es donde se marca la diferencia.

En el primer tiempo, el verde paisa, gracias al juego del uruguayo se vio como hace un buen rato no se veía, un gran equipo de fútbol. Ceppelini, se echó el equipo al hombro y comenzó a coordinar todos los hilos del ataque verdolaga generando muchas variantes a la hora de atacar, por derecha, por izquierda, por el centro. Todos los jugadores se notaban comprometidos y enfocados en lo preparado por el ’profe’ en los últimos entrenamientos. Llegaron, por todos lados con cambios de orientación y toques de balón precisos, los destrozaban el medio campo rival.  El equipo paraguayo se veía siempre replegado en su campo y con más suerte que destreza al momento de defender. Al final del primer tiempo, luego de un gesto técnico magistral del argentino Hernán Barcos, bajada de pecho, control y pase a la cabeza de Lucumi, pudimos romper el cero.

Cepellini arrancó el segundo tiempo con las mismas intenciones del primero, juego asociativo, paredes y triangulaciones, pero el equipo verde se vio un poco agotado, luego del gran esfuerzo realizado en la primera parte. Un par de buenas acciones por el costado derecho y buenos cobros de costado no le alcanzaron al verde para marcar el segundo gol. Llegaron los penales, el 10 tomó el balón y con firmeza la mandó a guardar.  Desafortunadamente, no se logró clasificar pero se dejó una buena imagen y la ilusión en la hinchada de recuperar nuestro fútbol lírico, teniendo como base los juveniles, acompañados de jugadores de experiencia como Cuadrado, Bocanegra, Ceppellini y Barcos.

El Uruguayo, figuró con su simpleza para jugar al fútbol, no necesitó de muchos enganches ni lujos para ganarse los aplausos de la tribuna. Siempre se encuentra bien ubicado, con pases certeros a sus compañeros que los dejan con ventaja para finalizar las jugadas. Además, cuenta con la gran habilidad en la pelota parada, sus centros de costado, son un veneno para las defensas rivales. El verde aún no capitaliza esas opciones pero sin duda serán una gran arma para derrotar las porterías contrarias.  Los hinchas esperamos que este sea el primero de muchos buenos juegos con la camisa verdolaga y aunque el continente no podrá conocer tu talento por ahora, si deberá hacerlo el torneo local.

No podíamos dejar pasar a nuestro capitán, Daniel Eduardo Bocanegra. Qué señor partido se jugó nuestro campeón de América, cierres milimétricos, cambios de orientación precisos, excelente juego aéreo y pases cortados entre lineas. Bocanegra, demostró que puede seguir siendo ese eje desde la defensa para salir jugando. Hoy, le sobró liderazgo, paciencia y mucho corazón. A un lado dejamos el penal errado que aunque doloroso, no opacará su excelente labor. Para nosotros, sos y seguirás siendo un ídolo verdolaga.