Algunos lo vemos como un juego donde existen unas reglas, las cuales hay que cumplir para poder que este se desarrolle en igualdad de condiciones para ambos oncenos y así alcanzar un buen resultado como sería normalmente una victoria sobre el rival.

El espectáculo, algunos lo ven como “añadidura” y no importa mucho si los resultados se dan; pero aún quedamos aquellos que consideramos que el espectáculo, se convierte en un elemento fundamental  y que es realmente lo que nos gusta ver a los  hinchas, es eso que llamamos “buen fútbol”.

Un equipo puede obtener un buen resultado sin exponer un buen espectáculo, pero el descontento queda en la retina del aficionado; sí, en unos más que en otros, pero al fin y al cabo existe la inconformidad al no conjugar resultado + diversión.

Como decía Eduardo Galeano en su libro El futbol a sol y sombra:       

El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue”

Hoy siento que eso ha cambiado, creo que cada vez importa menos lo que el aficionado o hincha pueda sentir al ver jugar al equipo de sus amores, parece no importar que los estadios no se llenen;  mientras prime la satisfacción individual de quien se esté lucrando, no habrá forma de poder ver nuevamente el espectáculo que tanto nos enamora.

En estos tiempos, la prioridad parece ser que no son esas personas que van a alentar fecha tras fecha al conjunto de jugadores, donde algunos de ellos también sufren las consecuencias al ser expuestos en una cancha sin contar con una adecuada preparación, por lo menos es lo que uno desde la tribuna puede percibir y corro el riesgo de estar equivocada.

Todo parece ser que esto hace parte de la evolución del fútbol; pero el hincha inconforme puede considerarlo más bien una involución, puesto que va en detrimento del espectáculo que en vez de atraer al aficionados al estadio los está ahuyentado.

Es cierto que como negocio, el fútbol es una poderosa fuente de fama y poder, pero me duele pensar que una ambición particular esté por encima de la alegría popular.

Este tema tiene mucha tela por cortar, pero en resumidas cuentas, creo que he tratado de expresar lo que hoy siento como hincha y seguidora del Fútbol Profesional Colombiano.