Julio Comesaña no ocultó su felicidad al término del partido al saber que Junior se convertía en el segundo finalista de la Liga después de Deportivo Pasto, de igual manera se siente satisfecho con el buen desempeño del equipo, sin embargo, no se ve triunfalista al reconocer que el equipo nariñense es un rival duro que también ha hecho las cosas bien este semestre en la Liga.

El DT, analizando el encuentro de anoche ante Nacional, sabe que fueron dos tiempos totalmente diferentes pero que al final consiguieron el objetivo deseado: “Nuestro primer tiempo fue muy bueno, independiente el gol que nos hacen de entrada. Creo que tuvimos la capacidad y la eficacia para transformar en goles nuestro buen juego. En la segunda parte realmente salimos a jugar agresivamente, a no ceder terreno. Nacional poco a poco nos fue llevando a nuestro campo y luego llegan las lesiones. Tuve que poner a Fuentes de central, que alguna vez lo ha hecho, también entraron Pico y Murillo. Estos dos últimos hace rato no jugaban y lo sintieron. Perdimos la velocidad de Moreno. Nos defendimos hasta donde pudimos, esa es la realidad. Al final logramos el objetivo, fue muy duro”, expresó Comesaña.

Comesaña reconoció que no estaba pendiente de lo que sucedía en Cali, que estaba con los pies y la mente en Medellín, analizando a su equipo: “Yo no sabía lo que estaba pasando. Si escuchaba que el banco decían que Tolima ganaba 1 – 0, luego que 2 – 0, que necesitábamos un gol, que lo uno, que lo otro, pero decidí mejor centrarme en lo que estaba pasando en la cancha. Ya después ni quise preguntar cómo iban en Cali. Con el tiempo he aprendido que uno puede responder por lo de uno, no por lo que hacen los demás. Hoy (ayer) nos tocó clasificar a nosotros en un partido extraño, raro, con muchas emociones”, manifestó el DT.

Julio recordó que en una entrevista que le hicieron cuando aún Luis Fernando Suárez era el entrenador de Junior, predijo lo que hoy es una realidad: “Yo dije que Junior iba a ser finalista, y lo dije porque sé que el equipo tiene experiencia y sabe jugar estas cosas. Se ha dicho que los jugadores me caminan a mí, que a otros técnicos no, esto es una cuestión de conocimiento de un lugar, de conocimiento de unos jugadores, de una tarea que empezó por allá en 2017, que siguió en 2018 con un título y una final perdida de Sudamericana. Después la cosa arrancó bien este semestre y se fue diluyendo con el paso de los partidos. De repente el equipo empezó a dar respuesta. Después a punta de empates y triunfos por fuera nos fuimos acomodando y hoy estamos en la final, esperemos que esto pueda culminar bien”, aclaró.

El entrenador rojiblanco, sabe que lo que se viene con Pasto no es nada fácil y para nada se siente ganador: “No quiero dejarme invadir de esos sentimientos, porque como ser humano quisiera lograr un título, pero debo estar mesurado, tranquilo y analizar bien lo que viene, para que el equipo llegue óptimo a la final. Pasto es un rival de respeto, que ya logró maniatar a Junior en casa, que no le ganó, pero que estuvo raspando el triunfo y en su casa se ha vuelto casi invencible” agregó.

En cuanto a los partidos finales, lugares y horarios, el DT de Junior opina: “Ojalá la final se juegue en Bogotá, que es una plaza que si puede albergar un partido de estos. Si se juega a las 3:30 p.m. en Ipiales, me gustaría que se juegue también a las 3:30 p.m. en Barranquilla”, concluyó el técnico no sin antes volver a hablar de su habitual camisa azul, o la camisa de la suerte como ya es llamada “La camisa es de acá, de Medellín. La lavo con mucho cuidado, para que no se dañe (risas)”.