El Independiente Medellín comenzó con pie derecho el segundo semestre del 2019, tras una campaña para el olvido bajo el mando del ecuatoriano Octavio Zambrano. Sin embargo, el poderoso hoy no genera seguridad en sus hinchas, pues las dudas abruman al fanático del rojo de Antioquia.

En el mundo rojiazul todo inició de la mejor manera, pues se goleó a Patriotas Boyacá en la primera jornada; sin embargo, no era el rival adecuado para 'medir el aceite', pues a pesar de ser un equipo que suele complicar a sus rivales, no lleva encima ese plus de 'equipo grande'.

La ilusión de la hinchada comenzó a forjarse cuando el equipo superó a La Equidad en Bogotá, y a pesar de haber perdido contra el Junior de Barranquilla, las expectativas seguían creciendo y con ellas los aires de superioridad entre la hinchada roja, que terminaron siendo bastante contraproducentes.

Cómo no mencionar aquella abultada victoria ante el América de Cali y la excelsa serie ante Millonarios por la Copa Aguila, pues el despliegue físico y futbolístico de la escuadra paisa parecía haber alcanzado su punto máximo de crecimiento con un gran nivel de jugadores como Adrián Arregui, Deinner Quiñónes, Didier Delgado y Germán Cano, por mencionar algunos de ellos.

Todo eran trompetas y alabanzas ante los planteamientos del profesor Mendoza hasta que buscó plantarle cara al Deportivo Cali en su estadio; un partido cerrado en el que Medellín se empezó a ver vacío, sin ideas, dependiente de lo que sus extremos pudieran lograr para que el balón llegara al goleador argentino.

Luego llega un partido ante el último clasificado en la tabla del descenso en el que se vio a un Medellín desconocido y ausente, en el que Mendoza intentó rotar, pero falló estrepitosamente por falta de ritmo y calidad en jugadores como Mateo López, Andrés Mosquera Marmolejo y Mauricio Cortés.

Ni hablar del partido ante Atlético Nacional, en el que se vio una defensa horrible por la que casi cualquier jugador del equipo rival podía pasar. Un Arregui perdido, un Deinner desconectado, un Germán desgastado, un Ricaurte lento, un Giraldo inseguro y un Mendoza incapaz de darle vuelta a la situación.

Hoy se ve un Medellín lento, inseguro e incapaz; pues la picardía de las primeras jornadas se ha ido perdiendo. Vacío y sin ideas; pues el equipo realmente carece de un '10' ante el bajo nivel de Mateo López y la ineficacia de Andrés Ricaurte.

Si el entrenador barranquillero quiere continuar en el banco del poderoso, debe tomar medidas drásticas y darle un giro de 180° a sus planteamientos, pues las derrotas han sido en gran parte por dichos motivos. Aunque todo apunta a que abandonará al equipo, tras la información recibida en la rueda de prensa y lo dicho por el periodista Óscar Tobón en Twitter.

Giraldo no es lateral izquierdo, debe dejarse de improvisar, pues el canterano se está haciendo una mala imagen ante la fanaticada y ese sector del equipo parece una autopista. ¿Por qué no darle la oportunidad a algún canterano que sí se haya forjado en dicha posición?

La presión de la hinchada roja se comenzará a sentir, exigiendo la salida de algunas personas de la institución y la llegada de algunas otras. El Independiente Medellín es un equipo de amplia historia y recorrido que debe ser tratado como tal, contratando jugadores de jerarquía y capaces de cargar con más de 105 años de historia.